El negocio del fútbol supone para España un 0,75% de su Producto Interior Bruto, o lo que es lo mismo, 7.600 millones de euros, de los cuales 3.600 millones proceden directamente del fútbol profesional. Este deporte es, desde luego, algo a tener en cuenta para las administraciones públicas del país, aunque quizá esto no justifique que Hacienda haga la vista gorda con el deporte rey en España.
La deuda de los clubes con Hacienda
Los clubes de fútbol son uno de los colectivos del país que más alto está en la 'lista de morosos' de Hacienda. Entre todos los equipos profesionales del fútbol español, que son los que militan en primera y segunda división, le deben un total de 317 millones de euros al fisco. Uno de los mayores deudores es el Atlético de Madrid, que debe 60 millones de euros, aunque eso es una minucia si se compara con los 180 millones que debía hace tres años. El Atlético, junto con el Deportivo de la Coruña y Espanyol, que son los otros clubs que más dinero tienen por pagar a las arcas del estado, tienen una deuda de alrededor de 190 millones de euros.
Leyes a medida
Los futbolistas de primer nivel tributan en España a un 47%, ya que se encuentran por encima de los 300.000 euros de sueldo anual. Sin embargo, con el permiso de Hacienda, tienen algunas ventajas: si de todo lo que gana el jugador (sueldo del club más derechos de imagen), el sueldo supone el 85% o más, y los derechos de imagen el 15% o menos, el estado español deja a los futbolistas tributar por esos derechos de imagen a un 28%, muy por debajo del 47% al que debería atenerse.
Numerosos casos de fraude en los últimos años
No son pocos los futbolistas que han sido acusados de defraudar al fisco en los últimos años: Casillas, Eto'o, Figo, Messi o Neymar son algunos de los casos. La mayoría de estos jugadores utilizan recovecos en las leyes para intentar pagar el menor dinero posible en impuestos. La manera más común de hacer ésto es con los derechos de imagen. Al tener estos un gravamen inferior, los jugadores intentan, mediante entramados de sociedades, declarar parte de sus sueldos como derechos de imagen, para así retener la mayor cantidad de dinero posible en su cuenta corriente.