La Fiscalía de Barcelona ha decidido no acusar al jugador del FC Barcelona Leo Messi de fraude fiscal en la gestión de sus derechos de imagen pero sí a su padre, Jorge Horacio Messi, para quien pide año y medio de cárcel por tres delitos contra la Hacienda Pública con el IRPF de 2007, 2008 y 2009 por un total de 4,1 millones de euros.
En su escrito de acusación, la Fiscalía concluye que, por su edad y por su vinculación con su padre, era éste quien tutelaba sus intereses económicos y llevaba «el control de las obligaciones tributarias» y que tampoco estaba en situación de decidir si consentía estas gestiones, por lo que ha pedido el archivo de la causa contra él.
«No resulta acreditado que su desconocimiento fuese intencionado o buscado de propósito para defraudar a la Hacienda Pública», sostiene la Fiscalía, que sí ha pedido que se cite al jugador en el juicio como testigo; aun así, falta todavía saber si el escrito de acusación de la Abogacía del Estado pide que vaya a juicio como acusado.
La fiscal del caso, Raquel Amado, argumenta que muchos de los contratos están redactados en inglés y fueron suscritos cuando el jugador tenía menos de 20 años y que los firmó él mismo por indicación de su padre «y sin recibir explicaciones sobre su específico contenido y finalidad», según explicaron ambos en sus declaraciones como imputados en el juzgado.
Tras la investigación, la fiscal considera que no puede acreditarse ni siquiera provisionalmente que Messi recibiera información y explicaciones sobre estas gestiones: «Nadie ha realizado manifestación alguna en dicho sentido y la fase de instrucción está concluida».
Recuerda que inspectores de la Agencia Tributaria ratificaron en el juzgado su informe elaborado tras dos años de trabajo y concluyeron que el jugador «no se habría enterado de nada al respecto», lo que la fiscal entiende como una opinión de expertos cualificada.
También el jugador aseguró en el juzgado como imputado que no llevaba la gestión de los derechos de imagen: «Firmo lo que me dice mi papá que firme… ni miro ni me fijo ni pregunto… yo no miro lo que firmo, si lo dice mi papá firmo con los ojos cerrados», justificó entonces el futbolista.
En la misma línea, su padre había manifestado en su declaración que el hijo nunca tuvo acceso a los contratos ni a la información y era el progenitor quien le decía lo que había que firmar, pese a que el futbolista era el obligado tributario.
Fue su padre quien tuvo el protagonismo en la presunta estrategia defraudatoria, en quien el jugador «confiaba plena y ciegamente», según la fiscal, y fue él quien articuló y gestionó las estructuras societarias, con el asesoramiento de abogados.
Domiciliaron las sociedades en paraísos fiscales y jurisdicciones de conveniencia y simulaban cederle los derechos para burlar el pago del IRPF en España, pagando solamente una mínima y residual tributación en Reino Unido y Suiza.
Estructura opaca
En las declaraciones del IRPF no incluyó los ingresos obtenidos por la cesión de sus derechos de imagen a pesar de que constituían rentas grabadas por dicho impuesto; concretamente, la ocultación a la Hacienda Pública de estos ingresos fue de 1.064.626 euros en 2007; 1.584.601 en 2008 y 1.536.775 en el ejercicio de 2009.
Según la Fiscalía, las sociedades formaban parte de una estructura «específicamente articulada para que los ingresos derivados de los contratos transitasen de manera opaca y sin tributación en origen hacia sociedades radicadas en paraísos fiscales».