Villanueva de la Serena vive acelerada desde el pasado 16 de octubre. Esta localidad pacense de poco más de 25.000 habitantes recibió el ‘gordo de la lotería’ en el sorteo de la Copa del Rey y se engalana para una ocasión irrepetible. Su estadio, el Romero Cuerda, va a pasar de 3.000 a 11.000 asientos gracias a las gradas de mecanotubo que se instalaron a contrarreloj para recibir al vigente campeón de Europa. El todopoderoso Barcelona llega repleto de bajas y Luis Enrique tendrá que sacar a muchos de sus titulares, aunque Luis Suárez y Neymar descansarán.
Todo el mundo en el pueblo habla del partido y no ha habido problemas para vender todas las entradas. De hecho, los socios tuvieron que soportar hasta cuatro horas y media de colas para recoger las cinco entradas que el club puso a disposición de cada uno de ellos.
Los villanovenses están realmente emocionados con la visita del equipo culé, pero si alguien vive este momento con especial pasión son los jugadores que entrena Julio Cobos. El Villanovense jugó el año pasado el playoff de ascenso a Segunda División, pero no cuenta con futbolistas con experiencia en el fútbol de más alto nivel. Muchos no han pasado de Segunda B y los que más lejos han llegado pasaron varios años en la categoría de plata del fútbol español.
El Villanovense no es el Murcia o el Cádiz, aunque todos convivan en el grupo IV de Segunda B. No tienen ninguna cara conocida para el gran público venida a menos y están lejísimos de los números de los ‘gigantes’ de la categoría. Su presupuesto ronda los 330.000 euros, mientras que el de su rival en la eliminatoria más desigualada de este año en la Copa del Rey tiene 600 millones de euros para esta temporada.
En cualquier caso, a los futbolistas del Villanovense a ilusión no les gana nadie. En sus últimos entrenamientos, varios jugadores se han atrevido a soñar en voz alta. “Si no nos toman en serio, tenemos una oportunidad”, dicen para animarse entre sí en los entrenamientos, mientras tienen el recuerdo de los casos del ‘alcorconazo’, Real Unión de Irún, Mirandés, Novelda, Figueres y Gramanet muy frescos en la memoria para estimularse. Las eliminatorias a doble partido dificultan mucho las cosas para los modestos, pero no está prohibido soñar.
Estudiantes y trabajadores humildes
Además, muchos se pueden ver reflejados en la figura de Pablo Infante, el jugador que en las tardes de la temporada 2011/2012 llevó en volandas al Mirandés hasta las semifinales de la competición, mientras que por la mañana trabajaba como banquero. Después, se consolidó en Segunda División gracias a la fama que le dio aquello, por lo que los que los jugadores del Villanovense ven en él un perfecto espejo en el que mirarse.
Sin ir más lejos, el capitán, Ángel Pajuelo, también sueña con dar el salto a una categoría deportiva superior desde su oficina. El centrocampista de 27 años se dedica a vender seguros y confiesa que su fama en el pueblo gracias al fútbol le ayuda a que los clientes se fíen rápidamente de él. Sus compañeros de equipo son los primeros que le compran sus productos.
Además, Cubi y Moraga trabajan en la limpieza de las calles de Villanueva de la Serena; Javi Sánchez trabaja de enfermero en el hospital del pueblo y Miguel Ángel Trinidad se dedica a la construcción en la empresa de su padre. Todos están muy agradecidos porque sus obligaciones profesionales les permiten mantener su ilusión por el fútbol intacta, pero otros tienen la suerte de no tener que trabajar.
El 'Messi del Villanovense'
Anxo lleva toda su vida profesional viviendo de esto, pero a sus 33 años el partido de su vida le llega muy tarde, aunque en el equipo todavía muchos le llaman “el Messi del Villanovense”. Estudia un grado superior en administración y finanzas porque sabe que su carrera deportiva está cerca de su fin. Asimismo, Curro y Jairo Caballero también compaginan el deporte con sus estudios, algo que por desgracia pasa en muy pocas ocasiones entre los futbolistas de Primera.
En cambio, Curro supo reinventarse a tiempo, puesto que soñó durante varios años con estar en el otro lado. Estuvo en la cantera del Barça, donde coincidió con Iniesta en el filial, a pesar de que el medio centro del Villanovense es varios años mayor que el de Fuentealbilla.
Por otra parte, en el Villanovense también juega Álvaro Peral, que estuvo en la cantera del Atlético de Madrid y varios futbolistas que pasaron por las categorías inferiores de los principales equipos andaluces sin demasiado éxito. Juanjo también pasó por el Atleti, pero su historia es de las más llamativas del equipo, puesto que es un verdadero trotamundos del fútbol y cambia de club todas las temporadas desde hace quince años. Pasó por el Granada, pero acumuló varias cesiones sin llegar a debutar. El equipo nazarí pagó miles de euros por este delantero, pero este año en el Villanovense el máximo goleador es Juanfran, un joven de 23 años que hace dos años estaba en la cantera del Sevilla.
Asimismo, los trabadores del Villanovense fuera del terreno de juego también han demostrado estos días su capacidad para sacar provecho de la visita del Barcelona, con una campaña mediática curiosa. Han conseguido salir en todos los informativos gracias a la simpatía de su supuesta community manager.