Joseph Blatter, presidente de la FIFA y actualmente suspendido de sus funciones, confirmó que se acordó que Rusia y Estados Unidos, «los dos mayores poderes políticos», serían las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022, pero que todo cambió cuando votos de Europa se fueron para la candidatura de Catar, culpando de ello al francés Michel Platini y a la UEFA, a las que acusa de realizar «un ataque dirigido» contra su persona.
«En 2010 discutimos sobre el Mundial y tomamos una doble decisión. Se acordó que iríamos a Rusia porque nunca habíamos estado allí y que para 2022 volveríamos a América, y así tendríamos la Copa del Mundo en los dos mayores poderes políticos», señaló Blatter en una entrevista a la agencia rusa 'TASS' que recoge Europa Press.
Pero todo cambió en «el momento en el que Sarkozy se reunió con un príncipe de Catar (Tamim bin Hamad Al Thani). «Y en una comida posterior con Platini, dijo que sería bueno ir a Catar. Cuatro votos de Europa no fueron para USA y la votación fue 8-14 cuando tenía que haber sido 12-10″, reveló.
«Si se hubiese concedido la Copa del Mundo a los Estados Unidos estaríamos únicamente hablando de una maravillosa Copa del Mundo en Rusia y no de ningún problema en la FIFA», añadió el suizo, que recalcó que «no habrá ningún cambio» en 2018 y que Rusia seguirá siendo la anfitriona, y que califica a Inglaterra, una de las voces que pide un cambio de sede, de «malos perdedores». «Sólo recibió un voto, nadie quería ir a Inglaterra», remarcó, subrayando «los problemas» que existen en la actualidad entre Rusia y Estados Unidos.
Por otro lado, Blatter cree que «la gran crisis» en la FIFA comenzó el 26 y el 27 de mayo, cuando se produjeron las primeras detenciones, pero luego se convirtió «en el objetivo principal porque desde hacía tres años, y especialmente tras el Mundial de Brasil», la UEFA no le «quería como presidente».
«Fue un ataque dirigido contra el presidente de la FIFA, pero las otras Confederaciones estaban conmigo», subraya el dirigente, que lamenta que haya habido implicación de «políticos» o de la propia Unión Europea. «Su Parlamento votó dos veces resoluciones contra mí, y eso es interferencia política», declaró.
Pero lo que tiene claro es que al principio era algo personal de Michel Platini. «Era Platini contra mí, él lo empezó, pero entonces se convirtió en algo político y se convirtió entonces de aquellos que perdieron la Copa del Mundo», puntualizó, «seguro» de que la UEFA empezó a mostrarse contraria a él «no sabía que finalmente esto tendría tanta importancia política». «El Mundial o el presidente de la FIFA son una pelota en un gran juego de poder político», confesó el suizo.
Sobre su relación con el exfutbolista francés, considera que este «quería ser presidente de la FIFA y no tuvo el valor para presentarse», y que el máximo organismo futbolístico, bajo su mandato, se ha convertido «en una gran compañía comercial». «Y esto provoca envidia y celos», opinó.
De todos modos, calificó de «total sinsentido» tanto su suspensión como la de Platini por parte del Comité de Ética. «Nos negaron el derecho a responder. Hicieron el sumario de la investigación y tres días después estaba suspendido«, recuerda, admitiendo con ironía que no habrá «prisa» con la decisión sobre su futuro.
«Las otras confederaciones temen que UEFA tome la presidencia»
Blatter también se refirió al polémico pago a Platini, indicando que el francés le dijo tras el Mundial de Francia de 1998 que «quería trabajar» con él y que su precio era de «un millón al año», propuesta a la que el suizo le respondió como «imposible» en ese momento. Por ello, el presidente de la UEFA le sugirió que le pagase «más tarde».
«Nunca tocó este tema hasta 2010. Nos dijo que le debíamos dos millones de francos suizos y le pagamos. Eso es todo, este dinero no fue pagado por otras razones», agregó al respecto, al tiempo que rememoró que el exfutbolista y él eran «los mejores amigos», pero que todo cambió cuando llegó al sillón presidencial de la UEFA.
«No es el momento de tener lamentos porque no puedes cambiar nada, pero debería haber tenido el valor tras el Mundial de Brasil para decir que me iba, pero cinco de las seis Confederaciones me pidieron que me quedase», resaltó Blatter, que dejó caer el temor existente a que la UEFA pueda acceder a la presidencia. «Estaremos perdidos porque quiere cambiar la organización de FIFA y hacerla un 'holding' de solo las seis Confederaciones. Las otras Confederaciones tenían miedo de que la UEFA se hiciese con todo porque tiene el dinero y los jugadores», aseveró.
El dirigente señaló que mucha gente en la FIFA quieren como presidente «a alguien que vaya con la misma idea de que el fútbol no es sólo la 'Champions'». «Esto es muy importante para mí, que alguien venga e intente el desarrollo del fútbol. Personalmente, creo que a la mayor parte de los candidatos les gustaría hacerlo, con excepción de Platini», ahondó.
Además, ante la opción de que Gianni Infantino sea el candidato y no Michel Platini, fue igual de claro. «Hay gente en Europa, especialmente en el Norte, que dicen que si sale Infantino es el final de Europa. A muchas de las asociaciones nacionales no les gusta», avisa, mientras sueña con «al menos» poder dirigir el Congreso de febrero.
«No olvidemos que la FIFA es la institución más valiosa del mundo. Por un lado, nuestro juego es el mejor en la disciplina y el respeto. Es una escuela de vida para todos sus jugadores. Y en segundo lugar, es un juego que provoca emociones. El fútbol conecta y une a las personas, tiende puentes. Estos es el fútbol y esto no podemos abandonarlo», concluyó.