En el mundo del fútbol, cada vez es más difícil que los futbolistas lleguen a conectar con los espectadores. De hecho, en plena era de la comunicación los jefes de prensa de todos los clubes se empeñan en que sus jugadores hablen sin decir nada.
Sin embargo, Javier Hernández Balcázar ‘Chicharito’ tiene un don para caer bien. El mexicano se ganó en un año a la hinchada madridista y tiene una capacidad especial para hacer que cualquier aficionado al fútbol sienta empatía hacia él.
Tal vez, mucha gente ve su humildad, puesto que se ha tirado media vida en plena lucha por un puesto en el once titular que en el Manchester United y en el Real Madrid nunca le llegó a pesar de pelear siempre como nadie. Su imagen en el banquillo ha dado para muchísimos memes, pero la gente que de verdad sigue el fútbol sabe que se trata de uno de los delanteros con más goles por minutos jugados de la última década.
En el Bayer Leverkusen, donde llegó este verano a cambio de 12 millones de euros, ya lleva nueve en lo que va de temporada (uno cada 108 minutos). También atraviesa un momento dulce en lo personal junto a Lucía Villalón, pero todavía se emociona al echar la vista atrás. Los inicios del hijo del ‘Chicharo’ en Chivas de Guadalajara tampoco fueron fáciles.
Llegó muy joven al primer equipo y tuvo un éxito temprano, pero en la etapa de los 18 a los 21 años los entrenadores se olvidaron de él. “No tenía manera alguna de poder participar”, señaló el ‘14’ en su entrevista concedida a León Kruze en Univisión.
Fe, confianza y paciencia, su gran clave
Javier Hernández tuvo una infancia rodeada de fútbol, puesto que su padre fue profesional y afrontó varias mudanzas. Por eso, su familia fue siempre consciente de que tenía que renunciar a muchas cosas si quería seguir los pasos de su padre, pero él insistió en que quería dedicarse al fútbol.
En cambio, su determinación no le impidió derrumbarse en más de una ocasión e incluso se echó a llorar al recordarlo en plena entrevista. “No ha sido fácil y me dan estas lágrimas porque yo nada más he sufrido, mi familia: mi padre, mi hermana mis abuelos, y mi madre en especial”.
El futbolista cuenta como en una ocasión en la que el entrenador le dejó fuera de la lista para un partido, su madre tuvo que ir a recogerle en coche al estadio y los dos sufrieron muchísimo en el camino de vuelta a casa. “Ver a mi madre que sufría, más allá de lo que pudiera sentir… lloraba de impotencia. Los dos lloramos juntos en el coche«.
En cualquier caso, los dos tenían claro en ese momento que “no había manera alguna de rendirnos”. Asimismo, Chicharito recalcó tres palabras como la gran clave de su éxito: “Fe, confianza y paciencia”.
Por otra parte, el delantero también habló de los motivos que le llevaron a fichar por el Real Madrid. “Al Madrid no iba a callar bocas, iba a demostrarme a mi mismo que puedo ser uno de los mejores del mundo”.