Todo está justificado para garantizar la seguridad de miles de personas en un acontecimiento deportivo, pero la imagen que queda tras el viaje fugaz de la selección española a Bélgica no es la mejor. Las federaciones se empeñaron en jugar un partido que desde el principio estaba marcado en rojo y el traslado de los jugadores españoles tal vez nunca tendría que haberse producido. Las máximas autoridades del baloncesto europeo, sin embargo, no creen que haya ningún riesgo para la práctica de su deporte.
En cambio, el pánico que se vive en el fútbol europeo no es exclusivo de Bélgica. Este martes, el Alemania-Holanda que se iba a disputar en Hannover no pudo celebrarse por motivos de seguridad. Las autoridades alemanas tenían indicios de que alguien quería detonar un explosivo en el estadio. Según Der Spiegel, las fuerzas de seguridad localizaron a una persona potencialmente peligrosa en las cercanías del estadio. Una hora antes de la suspensión, la Policía acordonó una zona por culpa de un objeto sospechoso, pero la alarma se quedó en nada. Además, la sala de conciertos donde iba a actuar el grupo Söhne Mannheims en la misma ciudad alemana también fue desalojada, al igual que una estación de tren.
En el caso del fútbol español, se trataba de un partido amistoso y deportivamente no había mucho en juego.Pero se ha expuesto a la expedición española a una situación muy delicada para después mandar un mensaje de vulnerabilidad a los terroristas. Por supuesto, los jugadores españoles habrían preferido no tener que pasar por todo esto, por mucho que Del Bosque quiera vestirse de hombre de la Federación y decir que los suyos no pasaron miedo.
El seleccionador atendió a los medios en pleno avión, justo antes del despegue, para transmitir una sensación de normalidad. “Creo que los jugadores están tranquilos, no ha podido ser y cuanto antes volvamos a Madrid, mejor. Nosotros no hemos tenido miedo, en absoluto. Hemos estado en el hotel, no había problema, y se intentó acelerar el regreso, pero no era fácil, y por eso hemos salido cuando hemos podido”, señaló 'el Marqués'.
Sin embargo, su discurso contradice las palabras de Óscar de Marcos. «Algunos jugadores pasaron más miedo que otros”, dijo el futbolista del Athletic al llegar a Barajas. Asimismo, Nolito reconoció antes de partir hacia Bruselas que la situación no era cómoda para nadie. “Da miedo y respeto, pero somos unos mandados», dijo el andaluz, aunque a su llegada a España señaló que no pasaron miedo. Lo único cierto es que los futbolistas no pudieron vivir ajenos a todo el pánico que se respiraba a su alrededor.
Para empezar, Xavi contó a algunos de ellos la experiencia que le tocó vivir en París, donde escuchó desde la habitación de su hotel varias explosiones y sintió el caos que vivía la ciudad. Después, muchos se sorprendieron con las extraordinarias medidas de seguridad que se encontraron en el traslado del aeropuerto al hotel de concentración.
Además, se enteraron de que hubo una amenaza de bomba en el Barrio Europeo, a tan solo dos kilómetros de distancia del Steingelberger Wiltcher's, el hotel donde se hospedaba la selección. Asimismo, el barrio donde supuestamente se concentra el yihadismo en Bruselas, Molenbeek, tampoco se encuentra muy lejos de ese hotel y allí se efectuaron registros de varias viviendas que terminaron con un tiroteo.
La Copa Davis también se tambalea
Por todo esto la situación ya era extraña. No obstante, la decisión de suspender el partido se tomó al filo de la medianoche, cuando als autoridades decidieron elevar la alerta antiterrorista del nivel 2 al nivel 3. La decisión disparó la psicosis en Bélgica y varios testigos llegaron a asegurar que habían visto a Salah Abdeslam cerca del estadio Rey Balduino, con capacidad para 50.000 espectadores y que iba a estar lleno para el Bélgica-España. La presencia del terrorista más buscado del momento en la zona habría sido el verdadero motivo para suspender el duelo, pero el problema puede continuar en el futuro si el terrorista no es detenido de inmediato.
Bélgica no tiene estadios de fútbol tan grandes como España, pero la Liga Jupiter se disputará el próximo fin de semana con el Brujas (30.000 espectadores) y el Standard de Lieja (30.200) como locales. Por el momento, nadie ha abordado la posibilidad de suspender la jornada.
La semana próxima también se celebrará en Gante la final de la Copa Davis entre Bélgica e Inglaterra, en un recinto con capacidad para 17.500 espectadores. Algunas personalidades relevantes dentro del mundo del tenis se han mostrado partidarias de cambiar la sede del principal evento por equipos para garantizar la seguridad, pues consideran que los británicos que viajarían para ver el evento en directo serían objetivo prioritario para los terroristas.
Mientras tanto, la vida sigue con normalidad en Inglaterra. La Copa de Maestros se disputa con absoluta tranquilidad en el 02 de Londres y Francia e Inglaterra disputarán su amistoso en Wembley a modo de homenaje a las víctimas y con La Marsellesa en los videomarcadores.
Las voces más pesimistas también animan a suspender la Eurocopa o a cambiar la sede del evento, pero en este punto los españoles parecen estar decididos a no ceder. “Debiéramos pedir que la Eurocopa se celebre en Francia y entre todo dentro de la normalidad”, señaló el seleccionador al respecto. Asimismo, el secretario de Estado para el Deporte tampoco piensa que se deban tomar medidas drásticas: «No hay que pensar en suspender la Eurocopa de Francia 2016», apuntó Miguel Cardenal.
Caos en baloncesto
En cualquier caso, la situación que se vive en el fútbol y en el tenis contrasta con lo que sucede en el baloncesto. La FIBA se niega a suspender los encuentros de las competiciones europeas sobre las que tiene total potestad, pese a que los jugadores han mostrado su disgusto con la situación.
En este deporte no hay ningún problema por jugar en Francia o en Bélgica. Nanterre (3.000 espectadores) y Charleroi (6.300 espectadores) vivirán la visita de dos equipos españoles en medio de un clima de temor. Por eso, el estadounidense Shawn James se negó a viajar con el Bilbao Basket a la ciudad cercana a París y los jugadores del CAI Zaragoza tampoco pasaron un momento agradable al enterarse de que tendrían que viajar a Bélgica de todas formas. «Creo que miedo no es la palabra, respeto sí. Si tuviera cinco días ahora mismo, no me iría a Bélgica”, señaló el jugador del CAI Zaragoza Tomás Bellas.