Víctor Valdés vivió hace año y medio su momento más trágico en un terreno de juego. Fue frente al Celta, en el Camp Nou, cuando el guardameta sufrió una lesión que afectó al ligamento anterior cruzado de su rodilla. Seis meses de baja que le apartaron del Mundial de Brasil y que no le permitieron despedirse ante los suyos sobre el césped. Tras recuperarse puso rumbo a Manchester en enero de este año, con la intención de poder desplegar el potencial que aún atesora.
Van Gaal decidió relegarle al equipo sub-21 para que el portero español recuperase la forma antes de afrontar citas relevantes. Sin embargo, el tiempo pasó y Valdés siguió sin entrar en los planes del primer equipo. Sólo disputó dos partidos oficiales en esa temporada y después, en verano, la relación entre ambos se rompió por completo.
El técnico decidió apartarle de la gira de pretemporada: «Valdés no está aquí porque no sigue nuestra filosofía. Cuando no sigues los principios de nuestra filosofía, estás fuera». Así de tajante se mostró. Todo, debido a que el portero se habría negado a jugar con los reservas. Este año, la imagen del catalán en la grada ha sido repetida cada fin de semana. Una situación que podría llegar a su fin este invierno. A Valdés le restan seis meses de contrato y el Manchester le abre las puertas. El Espanyol, según el portal deportivo ‘Goal’, sería su próximo destino.
La opción de volver a Barcelona, donde aún reside toda su familia, suscitaría interés en el futbolista de 33 años. El único problema es su elevada ficha, que podría ser contrarrestada con el negocio de ‘merchandising’ que generaría su llegada. La incorporación se antoja complicada, pero Valdés estaría dispuesto a regresar a su ciudad. En las próximas semanas se resolverá la incógnita.