Oblak, un seguro (6,5). No tuvo excesivo trabajo pese a que el Granada se presentó con frecuencia en su área. Salvó un par de balones y mostró confianza bajo los palos
Juanfran, en su línea (7). El lateral no destaco en exceso, pero demostró que su lesión esta olvidada. Corrió por la banda y aportó tanto en ataque como en defensa.
Godín, el salvador (9). Más allá de su labor defensiva, volvió a acudir al rescate del equipo con un gran cabezazo que encauzó el triunfo. Tuvo un bonito gesto al dedicar el gol a su compañero Thiago.
Giménez, el muro (7). El centra volvió a cumplir con creces en la línea de atrás. Interceptó el peligro tanto de balones aéreos como por abajo. Oblak respiró tranquilo
Filipe Luis, el todoterreno (7,5). El lateral, firme atrás, se sumó con frecuencia al ataque. No anotó en una clara ocasión a escasos metros de la portería, pero hizo un gran encuentro.
Koke, el asistente (8). Su pierna derecha volvió a ser decisiva. De sus botas nació el primer tanto. En el centro, sus mejores minutos coincidieron con los del equipo.
Saúl, una garantía (7). El mediocentro debía suplir a Thiago y la ausencia del portugués no se notó. Asumió la tarea de toque, pero también la menos elegante.
Carrasco, sin gasolina (6,5). El extremo del Atlético arrancó fuerte y animado, pero con el transcurso del partido bajó su nivel. No fue decisivo para los suyos.
Gabi, el cierre (6,5). Su labor también pasó inadvertida, pero incomodó al máximo la salida del Granada. En tareas ofensivas, se le vio combinar sin asumir excesivos riesgos.
Torres, fallón (5,5). Tuvo oportunidades al inicio del partido pero se le vio algo lento. En la segunda mitad, tras un gran movimiento, también pudo batir a Andrés Fernández, pero remato centrado.
Griezmann, el de siempre (8,5). El francés no estuvo excesivamente participativo en ataque pero apareció en el momento ideal, cuando más sufría su equipo. Su tanto certificó el triunfo. Suma siete goles en Liga.
Simeone, acertado (7). Apostó por Saúl para suplir la baja de Thiago. El equipo trabajó bien, aunque sufrió en exceso. Los cambios fueron acertados.
Thomas, atrevido (7,5). Pese a su juventud, se mostró muy suelto en el terreno de juego. Estuvo cerca de hacer el tercero, pero su remate salió desviado.
Óliver, el mago (8). El centrocampista sustituyó a Saúl y dio otro aire al equipo. No controló del todo la situación, pero sí dejó detalles. Su asistencia a Griezmann, clave.