Bravo, siempre ágil y atento (7,5). Firmó un auténtico paradón tras un cabezazo de Paulinho en la única acción en la que le exigieron. Estuvo muy tranquilo al jugar con el pie.
Alves, correcto (5,5). No se sumó mucho al ataque, pero no tuvo ningún problema para cerrar su banda. En la lesión de Zou Zheng no se le puede reprochar nada.
Alba, de menos a más (6). Se contuvo mucho en la primera parte, pero en la segunda exhibió su velocidad y llegó varias veces a línea de fondo.
Piqué, sin complicaciones (6). Tocó con facilidad para sacar el balón y se impuso en todos los choques con Elkeson.
Mascherano, imperial (8,5). Estuvo atento a todo y desbarató todas las posibilidades de contra del campeón asiático con entradas rápidas y oportunas.
Busquets, sin protagonismo (5). Tocó de cara todos los balones que le llegaron, pero no dio el paso a la hora de sumarse al ataque, cuando nadie le exigía nada en el círculo central.
Rakitic, solo un latigazo (5,5). Cada vez participa menos en el juego, pero su disparo desde la frontal sorprendió al portero chino en la jugada del primer gol.
Iniesta, en su mejor versión (9). Metió varios pases por encima de la defensa con muchísima clase y precisión. Llevó la manija del juego de su equipo en el centro del campo y se atrevió a disparar desde lejos para romper la monotonía. Dio una gran asistencia en el segundo gol.
Sergi Roberto, discreto (5). No asume el protagonismo que tuvo hace semanas. Se limitó a dar pases intranscendentes y abusó de la conducción en alguna ocasión.
Munir, el blanco de las bromas (4). Su nombre se convirtió en tendencia en Twitter porque protagonizó una caída ridícula en el área. El árbitro pitó penalti, pero no queda claro si se tiró o protagonizó una caída lamentable. No apareció en ataque y falló un mano a mano.
Luis Suárez, letal (9). Marcó tres goles muy diferentes y peleó como siempre. Su segundo tanto fue una obra de arte por la velocidad con la ejecuta el control con el pecho y la volea.
Luis Enrique, con las ideas claras (6,5). Las bajas condicionaron mucho su alineación, pero no renunció en ningún momento al estilo y encontró el premio que buscaba.
Sandro, activo (5). Jugó menos de media hora, pero en esos minutos pidió más el balón que Munir.
Samper, un cambio anecdótico (-)