Es historia reciente del Real Madrid, pero pudo serlo del Barcelona. El destino es muy caprichoso, y quiso que así sucediera. La historia, que narra el periódico deportivo Mundo Deportivo, arranca en Cannes, club francés donde militaba el ahora entrenador del Real Madrid. El técnico de aquel equipo era Luis Fernández, también conocido como ‘Machote’, que iniciaba su andadura en los banquillos tras veinticinco años como futbolista.
El entrenador español, en su obra ‘Contre-Attaque’, habla de cómo era Zinedine Zidane: “Venía con nosotros a entrenar siendo poco más que un juvenil. Casi no decía nada, era muy tímido, pero cuando entraba en contacto con el balón se transformaba, se hacía dueño del espacio y del juego”. Fernández confiesa que llamó a Cruyff para que viera de cerca a Zidane. El entonces técnico del Barcelona, comenzó a seguir los pasos del francés.
Zidane, tras el descenso del Cannes, firmó por el Girondins de Burdeos en la temporada 1992/1993. Tres años después alcanzó la final de la entonces denominada UEFA. Ya se erigía como un líder pese a su temprana edad, y suscitó interés en diversos equipos que sufrieron su calidad sobre el césped. Uno de ellos, el Betis, trató incluso de hacerse con sus servicios, pero, según Mundo Deportivo, Zidane ya se había comprometido con Cruyff para fichar por el Barcelona el próximo curso.
En esos meses que apenas restaban para que Zidane se vistiera de blaugrana, la situación dio un drástico giro. Cruyff, tras sus continuos problemas con la directiva de Josep Lluís Núñez, fue destituido. Y la inminente contratación del galo quedó en nada. Lo aprovechó la Juventus, donde ‘Zizou’ emergió por completo hasta conquistar el balón de oro en 2003.
Después el francés daría el salto al Real Madrid, como máximo exponente de la era galáctica que inició Florentino, bandera de la política de «zidanes y pavones». El ahora también presidente blanco ha mostrado siempre predilección por Zidane. Tras marcar una época como jugador, con el famoso tanto de la novena y una magia que enamoró al Bernabéu, se sentó como técnico del Castilla. Y ahora, tras el cese de Rafa Benítez, dirige al primer equipo.
En sólo dos partidos al frente del equipo ha logrado que sus jugadores cambien de actitud. Su figura impone mucho y así se ve sobre el césped, donde hay más respeto y compromiso que con el anterior técnico. Pudo defender al Barcelona, pero terminó como héroe del Real Madrid. Nunca se conoce lo que deparará el destino.