Cristiano Ronaldo ha sido galardonado en tres ocasiones con el Balón de Oro, y puede presumir de ser uno de los grandes futbolistas de la historia. Sin embargo, hubo una época en la que sólo era una promesa. En el Sporting de Lisboa, equipo de su país natal, fue donde comenzó a dejar destellos del potencial que atesoraba. Cuando sólo era un crío y se encontraba en la cantera ya quería disfrutar de las ventajas de ser futbolista, según cuenta su compañero de vestuario por aquel entonces, José Semedo.
“Yo me levantaba cada día a las 6:30 de la mañana. Él se despertaba y me preguntaba: «¿Adónde vas?» Yo le respondía que, si el entrenador se enteraba de que no íbamos al colegio, nos expulsarían, y él me decía: «Sigamos durmiendo. Vamos a ser futbolistas, no necesitamos ir a la escuela”, relata el ahora jugador del Sheffield Wednesday.
‘Semy’ reconoce que todos eran conscientes de que Cristiano llegaría a ser profesional: “En todos los torneos que había jugado desde los 10 años había sido elegido el mejor jugador”. Su compañero también desvela que Ronaldo soñaba con jugar en el Manchester y en el Real Madrid: “Cuando lo pienso ahora, veo que todo lo que dijo entonces se ha cumplido”.