Las sospechas del dopaje tecnológico en el ciclismo se han hecho evidentes por primera vez. Un deporte lastrado por las trampas a las que varios campeones recurrieron para hacerse con sus objetivos, ahora se ve afectado por el uso del motor en el vehículo. Uno de los comisarios encontró un pequeño motor en la bicicleta de Femke van den Driessche durante los Mundiales de ciclocross de Zolder.
Los rumores del motor se remontan varios años atrás. En concreto al 2010, en el Tour de Flandes. Ahí surgió la hipótesis de que Fabian Cancellara se beneficiaba de un aparato que le permitía avanzar más por cada pedalada. Incluso aparecieron vídeos que trataban de mostrar como el alemán pulsaba un botón para activar el mecanismo. Más recientemente, en la Vuelta Ciclista a España 2014, volvieron las especulaciones. Ryder Hesjedal se cayó de su bicicleta y ésta, una vez en el suelo, giró varias veces.
La noticia de la belga ha sorprendido, ya que es la actual campeona de Europa Sub23 y era una de las candidatas a alcanzar el metal en los Mundiales de Zolder. Fue un comisario el que se percató de la existencia de un pequeño motor, tras acudir al box de Van den Driessche. Le costó más de lo habitual retirar el pedalier, y después hallaron el mecanismo prohibido. La UCI, inmediatamente, ofreció un comunicado para comunicar la expulsión de la corredora belga.
La protagonista del primer dopaje tecnológico ha hablado esta mañana y ha mostrado su incredulidad con todo el asunto, además de ofrecer su visión completa de todo lo que ha acontecido: “Me retiré. Rompí la cadena y me tuve que bajar. Entonces me dijeron que iba a tener que ir a explicar cosas porque había algo que no estaba bien con mi bicicleta. Lo primero que hice fue preguntarle al mecánico de dónde había salido esa bicicleta, que ahora sé que es de un amigo mío. Es una bicicleta que me compró hace ya tiempo. Yo la he usado en temporadas pasadas y es una bicicleta idéntica a las que uso para competir. Ese amigo había estado reconociendo el circuito con mi hermano y la había dejado apoyada contra nuestra furgoneta. Uno de mis mecánicos debió de equivocarse y pensar que era una de las mías y la limpió y se la llevó al box”.
Con lágrimas en los ojos Van den Driessche admitió que su carrera como ciclista “se ha terminado”, aunque espera “tener una segunda oportunidad. De momento su equipo la ha apartado hasta que se conozca la decisión definitiva de la UCI.