Mateu Lahoz pasará a la historia por ser el árbitro amigo de José Mourinho. Al portugués le encantaba su manera de conducir los partidos, pero parece que a los componentes del Madrid ya no les agrada el estilo del valenciano ni el que exhibió Álvarez Izquierdo en el duelo de este sábado. El árbitro no pitó muchos contactos y eso cabreó muchísimo a los madridistas.
Cristiano Ronaldo se quejó de una falta nada más comenzar el partido. James también se fue al suelo en varias ocasiones sin que el árbitro pitase nada. Además, Iraizoz perdió mucho tiempo con el balón en las manos en la primera mitad y el nuevo Mateu ni siquiera le llamó la atención.
Sin embargo, la gota que colmó el vaso de la tensión fue un agarrón sin balón que recibió CR7, cuando el Madrid subía en una contra muy peligrosa. Poco después, James marcó el 2-1 y CR se fue a por el árbitro antes de que se reanudará el partido. Con las manos atrás, se puso a gritar a un palmo del árbitro, mientras que el catalán Álvarez Izquierdo le contestaba en el mismo tono. En cambio, la cosa quedó ahí y no hubo ninguna tarjeta.
Además, otros jugadores madridistas también acorralaron al árbitro en otro lance en el que Danilo cayó y perdió el balón en una posición muy peligrosa, pero Álvarez Izquierdo dejó seguir la jugada. Asimismo, los blancos también se quejaron de que un clarísimo agarrón de Kovacic se quedara en una simple falta sin amonestación.
En resumen, el árbitro pitó a su más puro estilo Mateu, pero eso ya no gusta en Chamartín. El Madrid fue un equipo mucho menos agresivo que el Athletic en la primera parte y con ese árbitro esa actitud penaliza muchísimo. El nuevo Mateu no falló en ninguna jugada clave en la primera parte, pero se fue al descando bajo una intensa pitada. En la segunda mitad, expulsó a Varane por doble amarilla, las dos por sacar los brazos en saltos con Aduriz. La segunda fue mucho más discutible que la segunda.