lunes, septiembre 23, 2024
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Zidane frente a Luis Enrique: aprendiz contra maestro

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Zidane y Luis Enrique se enfrentaron muchas veces como futbolistas y la igualdad fue la nota predominante en los duelos entre ambos, aunque Zidane se impuso en su partido más importante, las semifinales de la Champions de 2002. Además, un año después los dos jugadores, siempre muy temperamentales, chocaron en una famosa tangana.

Sin embargo, los dos actuales entrenadores de Madrid y Barcelona fueron muy diferentes en su forma de tratar al balón. ‘Zizou’ fue el 'príncipe' de la elegancia que logró ganarlo todo, mientras que ‘Lucho’ fue un ‘guerrillero’, no exento de calidad, que no consiguió grandes éxitos en el plano internacional. En resumen, ‘El Héroe de la Novena’ podría dar a Luis Enrique unas cuantas clases sobre cómo golpear y controlar un balón.

En cambio, como entrenador, Luis Enrique le puede dar a Zidane unas clases magistrales sobre cómo ganar partidos desde la pizarra. El asturiano consiguió el triplete en su primera temporada a cargo del primer equipo del Barcelona, pero su éxito no llegó por casualidad ya que su bagaje anterior fue mucho mayor que el de su homólogo madridista.

Luis Enrique consiguió subir y consolidar al Barça B en Segunda División. Heredó el equipo que Guardiola ascendió desde Tercera y, tras un año en el que terminó quinto, consiguió otro avance de categoría en su segunda temporada. Después tuvo un paso discreto por la Roma, cuando el conjunto italiano atravesaba un mal momento y consiguió que el Celta diese un auténtico salto de calidad. Aprendió mucho de todo esto y después lo aplicó en su vuelta a casa, aunque en el invierno pasado llegó a tener un pie fuera del Camp Nou.

No obstante, el gran éxito de Luis Enrique está en que ha conseguido algo que ni siquiera logró Guardiola. El Barcelona es un equipo rico en variantes y con un cuaderno de jugadas amplísimo, capaz de dominar el juego como en la mejor época del ‘Pep Team’, pero también de disparar desde fuera y de matar a la contra a sus rivales. En resumen, ha convencido a los futbolistas del Barcelona para tener un estilo mucho más directo, pero sin renunciar a su esencia. Tiene una gran autoridad en el vestuario, gracias a que su directiva le ratificó con total sinceridad en su momento más difícil y Messi entendió que tenía que colaborar con él.

La contra como recurso

Por el contrario, Zidane tuvo desde el principio a todos sus jugadores en el bolsillo, pero su manual táctico es mucho más reducido porque su experiencia como técnico principal se reduce a un año insatisfactorio en el Castilla. Además, de momento solo ha demostrado que maneja un único estilo de juego. Puede apostar por Casemiro en el centro o por mediocentros de creación, pero al final la idea de juego siempre es la misma. No valora la opción de renunciar al balón para conseguir que los equipos se abran.

Además, el entrenador dejó claro en rueda de prensa que para él su estilo es innegociable, independientemente del rival que tenga enfrente. «Tenemos nuestra idea de juego y vamos a intentar hacerla. Para lo que queremos hacer no va a cambiar nada”, explicó ante los medios.

De esta forma, es fácil de prever que el Barcelona puede hacer mucho daño a la contra y que Casemiro tendrá que multiplicarse si no quiere que el partido termine en una sangría. Zidane puede jugar al despiste y tener un as en la manga, pero si no es así el Madrid renunciará a la que fue su mayor arma en la etapa Mourinho.

Bale y Cristiano Ronaldo son jugadores hechos para jugar al galope en los grandes partidos, pero si un equipo se cierra bien en el ataque estático todo puede acabar en un enorme atasco y este Barcelona ya sabe defender en estas posiciones. Las bandas son el punto flaco de los azulgranas y otros entrenadores han entendido bien que a este súperequipo se le hace más daño cuando Jordi Alba y sobre todo Alves atacan tanto que se olvidan de cubrir su espalda.

Por último, está por ver que el Madrid sea capaz de discutirle la posesión al Barça y no se quede a medio camino, con lo que todo puede recaer en la improvisación y en la autogestión de los jugadores. Muchas voces en Valdebebas ya echan en cara a ‘ZZ’ su poca capacidad para reaccionar entre partidos y esta será su primera prueba de fuego. Objetivamente, el Madrid no se juega mucho en este partido, pero el estado de ánimo con el que salga de Barcelona será decisivo para encarar el tramo decisivo de la Champions. Los dos entrenadores apostarán por su once de gala sin sorpresas, pero lo verdaderamente novedoso de este Clásico estará en el movimiento de las fichas en el tablero.

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