El Barcelona parecía invencible antes del último parón de selecciones. Su juego con el balón era brillante y nadie se preocupaba porque los once titulares acumularan partidos pese a las rotaciones de Luis Enrique. Sin embargo, ahora da la sensación de que el equipo se ha dejado llevar por la condición de eterno favorito y que ha abandonado demasiado la preparación física para la parte crucial de la temporada. El Madrid ya superó claramente al Barça en los últimos minutos del 'Clasico' y 'Lucho' teme que en el partido de vuelta frente al Atlético sus jugadores puedan sufrir el mismo mal contra un equipo que con toda seguridad no se cansará de correr.
Al terminar el encuentro frente al Atlético, Luis Enrique se limitó a decir que la expulsión de Torres fue clara y no comentó nada sobre las acciones de Luis Suárez. Asimismo, el entrenador del Barça se mostró más preocupado por el estado físico de sus futbolistas que por las polémicas arbitrales. “A nivel físico, todos los jugadores tienen un desgaste. Por mucho que quieras controlar, todos tienen que viajar, así que no vale de excusa. El calendario es igual. Me gustaría que fuera mejor para poder disfrutar de los jugadores en plenitud, pero es lo que hay», comentó el asturiano en rueda de prensa.
Asimismo, las estadísticas del partido desvelan una evidencia que resulta muy dolorosa para los jugadores azulgranas. Nadie puede extrañarse porque los futbolistas del Atléticos superen en lo físico a los barcelonistas porque viven en gran parte de ese aspecto del juego, pero las diferencias entre unos y otros empiezan a ser insalvables
El Atlético corrió 2,5 kilómetros más que su rival en todo el partido, pese a que jugó más de una hora con diez jugadores. Messi no llegó a los ocho kilómetros, los centrocampistas también corrieron muy poco y solo los laterales llegaron o se aproximaron a los 11 kilómetros en todo el encuentro. Además, esto no es un hecho puntual, puesto que en ‘el Clásico’ el Barça se vino abajo en los últimos minutos de partido porque su físico no dio para más. Por suerte para los azulgrana, el regreso de Rafinha puede dar algo de aire al equipo, mientras que el entrenador no confía demasiado en el resto de los suplentes.
Así las cosas, Simeone también sueña con que el Barça pueda llegar al colapso en los últimos minutos de la eliminatoria y sus futbolistas demuestren todo su poderío físico en esos instantes. Ningún jugador del Atlético dio síntomas de cansancio, pese al gran esfuerzo del partido de ida y con un 1-0 valdría para que los colchoneros llegasen a semifinales. El Atlético es un especialista en dejar la puerta a cero, pero sujetar a la MSN son palabras mayores, puesto que en los últimos tres partidos frente al equipo catalán Oblak ha encajado dos goles por encuentro.
Filipe, tras los pasos de Pellegrini
Por otra parte, el Atlético no ha terminado con once jugadores en los dos últimos partidos que ha jugado contra el Barcelona. Sin embargo, tanto en la cita liguera, como en la ida de la Champions, los rojiblancos mostraron una imagen admirable y fueron capaces de resistir hasta el final con un hombre menos.
De hecho, este martes hasta que Torres se borró del partido con la inestimable ayuda de Felix Brych, el Atlético fue mejor que un tricampeón que llega al momento decisivo de la temporada con todas las alarmas activadas. Por eso, cualquier cosa es posible en el Calderón si los colchoneros consiguen controlar su ímpetu y acaban con los once jugadores.
Sin embargo, es probable que Simeone tenga que buscar un parche para sustituir a Filipe Luis por su incontinencia verbal en la zona mixta. «Los árbitros protegen al Barça. Hay temblores en la UEFA con que se les pueda eliminar. Todo esto es triste», dijo el brasileño poco después de finalizar un partido en el que recibió un puñetazo en la cara por parte de Luis Suárez.
Por esto, Filipe Luis se enfrenta a una posible sanción de tres partidos de suspensión, puesto que Manuel Pellegrini y José Mourinho también sufrieron sanciones similares por insinuar que la UEFA ayudaba al Barcelona en años anteriores. No obstante, los jueces del organismo podrían quedarse de brazos cruzados en esta ocasión porque difícilmente rearbitrarán las dos agresiones que cometió Suárez en el partido y eso crearía un grave agravio comparativo.
Además, Filipe ya previó que la opinión pública no trataría con mucha dureza al ‘9’ del Barça, mientras que a él se le condenó por una simple acción del juego. «En el partido de Liga, por una patada a Messi, fui expulsado justamente, pero no sé qué tienen que hacer estos señores para ser expulsados como nosotros. Yo fui crucificado por ello y una agresión sin balón es roja, pero no sé qué tienen que hacer», opinó el brasileño.