Tan sólo han transcurrido tres meses desde el debut de Arda Turán en el Barcelona y el turco ya medita marcharse. Su fichaje el pasado verano fue de lo más comentado, ya que la entidad azulgrana abonó 34 millones de euros para hacerse con los servicios de la estrella rojiblanca. Su destacada técnica parecía encajar en el esquema de Luis Enrique, pero con el tiempo se ha evidenciado que no. El técnico le ha dado cierto protagonismo, pero Arda no termina de despegar. No desborda y tampoco se entiende bien con sus compañeros. Una multimillonaria oferta procedente de China seduce al futbolista.
Pese a ser considerado por la afición del Atlético de Madrid como uno de los grandes estandartes, Arda no dudó a la hora de elegir al Barcelona para pelear por la Liga. Este enero ha cumplido 29 primaveras y era consciente, por tanto, de que la oferta no llegaría de nuevo en el futuro. Y aceptó pese a la sanción que la FIFA había impuesto al Barcelona por la contratación irregular de menores de edad, que implicaba no jugar un minuto hasta la apertura del mercado invernal.
Después de esa larga espera, ha podido gozar de la confianza de Luis Enrique. Desde su debut en Copa del Rey frente al Espanyol hasta el día de hoy, ha dispuesto de mil minutos. En la Liga, de los quince encuentros que ha podido disputar, ha estado presente en trece. Sólo se perdió el primero y un duelo intrascendente ante el Levante. Y en nueve ocasiones ha salido como titular. Unos datos propios de un futbolista vital y con galones en el equipo, algo que choca con lo que aporta el turco al Barcelona.
Suma dos goles y cuatro asistencias, pero su presencia en el césped apenas se percibe. No conecta con sus aliados más cercanos, Iniesta y Rakitic, no llega al área y tampoco se vislumbra su calidad. Esto y una multimillonaria oferta de China, donde han emigrado ya grandes estrellas, hacen que el jugador medite su marcha. No es reacio a probar otras Ligas, ya que gran parte de su carrera la ha pasado en Turquía (2005-2011) pese a recibir continuas ofertas.
A sus 29 años y con tan sólo tres meses en acción, el jugador podría poner fin a su estancia en Barcelona. En el club no lo ven con malos ojos, ya que la inversión fue mayúscula (34 millones de euros) y con su tempranera venta podrían obtener una cuantía similar. El que no parece dispuesto a que se marche el jugador es Luis Enrique. El técnico azulgrana aún confía en que Arda se adapte al estilo de su equipo y se convierta en una alternativa fiable.