Oblak, casi un espectador (5,5). Intimidó a Miguel Lopes en un mano a mano que el lateral no supo finalizar. Detuvo con sencillez los disparos fáciles que le lanzaron.
Juanfran, un puñal por la banda (7). Se asoció muy bien con Koke por su costado. No sufrió en defensa y subió constantemente para poner buenos centros.
Lucas, bien en el lateral (6). La jugada del gol de Koke salió de un centro suyo. Seleccionó mucho sus subidas y no tuvo muchos problemas en defensa, aunque la contra de Miguel Lopes llegó por su costado.
Savic, un muro (6,5). No tuvo mucho trabajo, pero se empleó con contundencia siempre que el balón rondó cerca del área atlética. No se complicó la vida en la salida del balón.
Godín, sin trabajo (5,5). No tuvo que intervenir en muchas ocasiones. Abusó del pelotazo en alguna acción y volvió a perder el balón en el centro del campo en una conducción alocada.
Gabi, impreciso (5). Ocupó a la perfección su sitio en el centro del campo, pero no estuvo fino con el balón en los pies. Pareció cansado y algo espeso en los pases.
Koke, resucitado (9). Fue el jugador que llevó todo el peso del juego. Llegó siempre con mucho peligro y aprovechó un balón suelto en el área para marcar el primer tanto de la tarde. Asistió a la perfección a Fernando Torres en el segundo.
Saúl, la virtud de la lucha (7). No tuvo mucho protagonismo en el juego hasta los minutos finales, donde dio una asistencia de cabeza gracias a su ímpetu en el salto. Se gustó en un par de jugadas más cuando el partido agonizaba.
Carrasco, sin fortuna (5,5). No se cansó de intentarlo por las dos bandas, pero no le salieron la mayoría de las cosas que intentó. Fue el primer cambio de Simeone porque se veía que no tenía la frescura de otras tardes.
Griezmann, con problemas para entrar en juego (5,5). Ni siquiera disparó a puerta con peligro en todo el partido porque la defensa del Granada supo sujetarle. Aportó trabajo en la banda en labores defensivas.
Torres, enrachado (7,5). Dio siempre sensación de peligro a la espalda de los defensas. Finalizó sin precisión varias jugadas complicadas que se le presentaron, pero en la única clara que tuvo definió como los ángeles.
Simeone, sin bromas (7). No apuestó por las rotaciones, pero sí aprovechó el resultado a favor para administrar esfuerzos durante el partido. Su charla en el descanso fue muy efectiva porque los jugadores salieron del vestuario mucho más animados. La entrada de Augusto fue todo un acierto.
Augusto, equilibrista (6,5). Hizo crecer al equipo porque cuando salió al campo empezaron a recuperar el balón mucho más cerca de la portería rival. Vio una amarilla por una falta táctica muy evidente.
Correa, el mejor revulsivo (6,5). Volvió a revolucionar el partido desde el banquillo. Marcó un gol porque no se puso nada nervioso en la única ocasión que tuvo.
Óliver, gestos de calidad (6). No tuvo muchos minutos para demostrar demasiadas cosas, pero decidió gustarse con el balón y ofrecer entretenimiento a la grada con su técnica.