miércoles, noviembre 27, 2024
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Las diez claves del declive del Barça de Luis Enrique

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Al término de la jornada 26, el Barcelona aventajaba al Atlético en ocho puntos y al Madrid en doce. Sin embargo, a falta de cinco encuentros para el final del campeonato, el Barcelona se puede quedar sin ningún título si pierde la final de la Copa contra el Sevilla y tropieza en cualquier partido de Liga. Este miércoles se la juega en Riazor, contra un rival que ya le quitó puntos en la primera vuelta. En condiciones normales, los barcelonistas no tendrían problemas para ganar sus cinco encuentros, pero para ello tendrán que superar los diez factores que les han llevado a esta situación.

La poca preparación física. Este aspecto es el más preocupante, puesto que a falta de un mes para el final de la temporada, no hay tiempo para recuperar el tono. El equipo se ha visto superado claramente en el aspecto físico desde que comenzó su crisis particular. La situación recuerda a la que se vivió en los últimos meses en la época del Tata Martino. El grupo llega asfixiado al final por la ausencia de rotaciones en los momentos importantes y da la sensación de que la poca intensidad en los entrenamientos durante todo el año también juega en su contra.

El mal tino en los fichajes. Aleix Vidal se cae de la convocatoria en el partido frente al Deportivo porque no cuenta para el entrenador. De hecho, Luis Enrique prefiere a Sergi Roberto en la posición de lateral derecho de emergencia. Además, Arda Turan no encaja dentro del equipo porque por sus características era evidente que no podía jugar de centrocampista puro y que la MSN (el trío formado por Messi, Suárez y Neymar) le cerraba el paso en ataque. Tampoco es un jugador hecho para revolucionar como suplente.

La ausencia de banquillo. Luis Enrique le preguntó a Eusebio Unzué a quién tenía que sacar para cambiar la situación en el partido frente al Valencia, antes de quedarse sin realizar ni un solo cambio. No es solo que los fichajes no encajen, los futbolistas que ya estaban la temporada pasada y que no se sienten titulares también han desconectado.

Las bromas fuera de lugar. El famoso Periscope de Piqué se llevó todas las críticas cuando todo iba bien, pero lo cierto es que la actitud del central cuando han venido mal dadas ha sido ejemplar. El '3' viaja a Galicia con el equipo pese a que está amonestado, mientras que Dani Alves se dedica a hacer peinetas y a ponerse pelucas para realizar vídeos de dudoso gusto en Instagram.

El agujero defensivo. El equipo concede muchísimas ocasiones de gol. Los equipos rivales no necesitan atacar durante muchos minutos para hacerles daño porque dejan muy a la vista sus puntos flacos. Mascherano y Piqué rinden a un gran nivel, pero los laterales dejan muchísimos espacios y las ayudas en el equipo escasean porque muchos tienen demasiados privilegios y otros ya no cuentan con la frescura suficiente para estar en otras partes.

La barriguita de Neymar. El brasileño era un futbolista ejemplar hace un mes, pero ahora sale de fiesta y lleva una mala vida. Las malas lenguas dicen que muestra una curiosa curvita de la felicidad con la camiseta de entrenamiento. Lo único cierto es que se le ha querido colocar en los altares de cualquier forma, cuando los números dicen que es un futbolista intermitente, que todavía no ha llegado al nivel que han mostrado sus compañeros de ataque.

La indolencia de Messi. El mejor futbolista del mundo (con mucha diferencia) cuando quiere ha vuelto a pensar que puede ser un ser superior sin necesidad de correr como hace dos temporadas. Necesita volver a enfadarse para recuperar su tono, aunque algunos excusan su comportamiento con unos supuestos problemas físicos.

La ira de Luis Suárez. El ‘9’ ha sido el mejor jugador del Barcelona durante toda la temporada, pero ha vuelto a demostrar que no tiene la cabeza fría en los momentos de máxima tensión. Su actitud contra el Atlético dejó mucho que desear y lo peor es que es reincidente en este tipo de situaciones.

La ausencia de un ‘plan b’. Las tres estrellas no marcan diferencias como hace unos meses, pero el entrenador tampoco ofrece otras soluciones. No se trata solo de que los futbolistas del banquillo no rindan, también es cuestión de buscar nuevas alternativas tácticas. Encontrar más tiros desde fuera del área, meter más centros y mezclar un poco más el juego para terminar con el bloqueo que viven sus futbolistas. El Barça vuelve a caer en el atasco en los ataques estáticos y los rivales ya conocen sus mecanismos de memoria.

La falta de crítica. Los resultados hicieron creer que todo iba bien en Can Barça, cuando el equipo empezaba a dar síntomas de un juego apagado. La prensa de Barcelona tapó todas las carencias del equipo y cuando todo ha ido mal todos los pecados han salido de golpe a la luz. La actitud agresiva de Luis Enrique en rueda de prensa también contribuye a que los problemas se magnifiquen en estos momentos.

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