El Barcelona consiguió su 28º título de campeón de Copa del Rey en un partido disputadísimo en el que el Sevilla peleó hasta el final. Los azulgranas sufrieron de lo lindo para completar su doblete porque jugaron durante 45 minutos con un hombre menos por la expulsión de Mascherano.
Emery ganó al principio el duelo de entrenadores porque Iborra hizo mucho daño en la posición de mediapunta, pero después Luis Enrique se las apañó para que los suyos resistieran hasta que la expulsión de Banega igualó las cosas. El Barça fue superior en la prórroga y Jordi Alba adelantó a los suyos.
El equipo hispalense no supo aprovechar su superioridad y se atascó, pese a que tuvo sus oportunidades para llevarse la final. Mariano secó a Neymar, pero cuando Emery decidió meter a Konoplyanka y retrasar a Coke, el brasileño del Barça fue una pesadilla para los sevillistas. Messi se vistió de asistente, Iniesta dio una lección magistral de fútbol total y Piqué fue un coloso en el centro de la zaga.
Luis Enrique alineó a su once tipo con Ter Stegen en la portería para el último partido de la temporada, mientras que Unai Emery repitió su elección para la final de Basilea con las únicas excepciones de Sergio Rico en lugar de David Soria e Iborra en la posición del sancionado N’Zonzi, aunque el valenciano jugó mucho más adelantado. Antes de comenzar el encuentro, el campeón de Liga y el de la Europa League se hicieron un ‘doble pasillo’ y la mitad del campo pitó el himno nacional y la otra lo cantó a pleno pulmón.
Un arbitraje casi perfecto
El partido comenzó con los roles de ambos equipos muy claros. El Barcelona se hizo con la iniciativa del juego, pero el Sevilla llevaba un gran peligro gracias a la amenaza en la contra de Gameiro. De hecho, Ter Stegen tuvo que salir de su portería para cortar con el pie un pase del francés que llevaba mucho veneno. No obstante, Luis Suárez tuvo una ocasión mucho más clara con una volea marca de la casa que se fue muy cerca del poste de Rico.
Además, los hispalenses se comenzaron a asentar mejor en el terreno de juego. Vitolo rompió por banda derecha y ganó línea de fondo, pero Coke no llegó a impactar bien al balón con la zurda, cuando se encontraba en una buenísima posición para marcar. Después, el partido se equilibró y entró en zona de nadie, aunque Alves lo probó con una volea tras un rechace en un saque de esquina, pero el balón salió fuera por muy poco.
No obstante, el partido dio un giro inesperado con un simple pelotazo largo. Iborra ganó el salto y dejó a Gameiro en disposición de encarar a Ter Stegen, pero Mascherano le hizo una llave de judo justo antes de entrar al área. Del Cerro Grande estuvo brillante a la hora de señalar la falta fuera de la zona máximo castigo y al expulsar al ‘Jefecito’, cuando quedaban ocho minutos para el descanso.
En el lanzamiento de esa falta, Banega colocó el balón en la escuadra por el lado del portero, pero Ter Stegen respondió a la perfección y envió la pelota a córner. Pese a todo, el Barcelona no sufrió hasta el intermedio y Piqué tuvo una ocasión de oro en un saque de esquina, pero su cabezazo nítido se fue por encima del larguero.
Tras el paso por los vestuarios, Mathieu entró en el lugar de Rakitic para reforzar la defensa azulgrana y el Sevilla pasó a dominar territorialmente. Banega encontró sitió para armar la pierna en la frontal, pero su disparó tocó en Piqué y golpeó contra el palo con muchísima violencia.
El Barcelona resistió a lo grande
El partido se ponía muy feo para los culés y las cosas se complicaron todavía más para ellos con la lesión de Luis Suárez. El uruguayo estiró la pierna para intentar controlar un balón, pero sufrió un tirón y tuvo que dejar su sitio en el terreno de juego a Rafinha, aunque no pudo reprimir las lágrimas en el banquillo.
Los de Nervión empezaban el acoso y derribo, pero Busquets evitó el gol de Krychowiak. El polaco lo intentó con un disparo potente desde el corazón del área, cuando el futbolista azulgrana se lanzó al suelo para desviar el balón con el pie de manera decisiva.
Los minutos pasaban y el Sevilla no terminaba de crear ocasiones claras con continuidad. El Barça se resistía a morir y tenía mucho peligro a la contra. Rami se jugó la expulsión en una jugada que intentó cortar en el centro del campo, pero el árbitro aplicó la ventaja y el central sevillista se salvo. Por el contrario, Banega no tuvo la misma suerte al frenar al ‘11’ de Barcelona con una entrada a la desesperada en el frontal del área. Roja igual de clara que la de Mascherano y partido nuevo para todos, justo antes de la prórroga.
En el tiempo extra, como suele ser habitual, no ocurrían grandes cosas y los futbolistas aprovechaban cada minuto para tomarse un respiro. Sin embargo, Messi frotó la lámpara y metió un balón al espacio para Jordi Alba. El lateral la pegó de primeras según bajaba. La definición fue perfecta, por lo que Sergio Rico no pudo hacer nada para evitar el tanto. Los azulgranas enloquecieron en la celebración, pero todavía quedaban 20 minutos de juego por delante.
En cualquier caso, tras el gol. fue el Barça el que disfrutó de las mejores ocasiones y Sergio Rico tuvo que hacerse enorme para mantener con vida a los suyos. El portero sacó un cabezazo de Piqué de la línea de gol y voló para despejar un disparo lejano de Alves y el posterior rechace que cazó Neymar.
Y por si le faltaba algo al partido, en la segunda parte del tiempo extra, Del Cerro Grande tuvo problemas físicos y paró el encuentro durante varios minutos para recibir la atención del fisio del Sevilla. Neymar pudo sentenciar con un cabezazo en los últimos minutos, pero Rico tuvo tiempo para estirarse y bloquear la pelota. Finalmente, Carriço también se fue a la calle por doble amarilla y Neymar redondeó el marcador al culminar a la perfección otra gran jugada de Messi.
Felipe Poza