El ciclo dorado de España ha llegado a su fin definitivamente. Tras el espejismo de los dos primeros partidos de la fase de grupos, Italia y Croacia demostraron que en estos momentos ‘la Roja’ es una selección con más nombres que fútbol, puesto que la mayoría de los jugadores están lejos de su mejor momento de forma y Xavi y Villa no tienen un relevo que les llegue ni a la suela de los zapatos.
Por el contrario, Italia no entiende de cambios generacionales. Da igual quién juegue en ‘la Azzurra’ porque el gen competitivo de esta selección les lleva a no borrarse nunca, mientras que España siempre necesitó ser infinitamente superior a todas sus rivales para ganar y nunca supo ganar competiciones igualadas.
No obstante, este lunes solo hubo un equipo en el campo, puesto que los de Conte sometieron a España desde los primeros minutos. Chiellini marcó el primero y Pellé sentenció en la prórroga. Morata y Piqué pudieron empatar, pero el resultado final se quedó incluso corto para los italianos.
De Gea no estuvo fino en el primer gol, pero paró varias ocasiones claras y mantuvo con vida a los suyos hasta el final. El centro del campo y el ataque de España no funciono en ningún momento y el Iniesta ‘Superstar’ de los primeros partidos del grupo quedó como un monigote ante un equipo extremadamente competitivo.
Del Bosque volvió a apostar por los mismos jugadores que mostraron una actitud poco combativa en el encuentro contra Croacia. Sin embargo, la Italia de Conte no se anduvo con contemplaciones desde el primer momento y tuvo un gran nivel de presión en los primeros minutos.
Solo hubo un equipo sobre el campo
De hecho, ‘la Azzurra’ disfruto de varias ocasiones claras en los primeros minutos. De Gea salvó a España con una gran estirada tras un buen cabezazo de Pellé. Asimismo, Giaccherini lo intentó con una chilena, que el portero despejó contra el palo, pero Cakir anuló esa jugada por juego peligroso del centrocampista italiano.
Asimismo, Parolo también perdonó al enviar fuera un remate de cabeza nítido, pero el cántaro iba continuamente a la fuente y se terminó de romper por culpa de una falta innecesaria cometida por Sergio Ramos. Eder disparó al palo del portero, pero De Gea no supo darle la dirección correcta a su despeje y Chiellini solo tuvo que empujar el balón para marcar, mientras que los defensas de España mostraron una lentísima velocidad de reacción.
Después, Italia dio un paso atrás para matar a la contra, mientras que España continuó sin enlazar ninguna jugada de calidad. De hecho, De Gea salvó el segundo con una palomita tremenda ante un disparo de Giaccherini. Por eso, la mejor noticia para España al descanso fue que el resultado, ya que al menos un gol volvía a meterles en la competición.
Del Bosque sustituyó a Nolito por Aduriz al descanso, porque el andaluz estuvo muy desatinado, pero la situación del partido tampoco cambió con dos delanteros puros. Italia volvió a salir al ataque en la segunda parte, aunque con el paso de los minutos España logró hacerse con el control del juego con más empuje que fútbol.
Morata envió a las manos de Buffon un cabezazo, cuando se encontraba en una posición muy cómoda, pero en todo momento Italia se sintió con el control absoluto de las operaciones. España acumuló llegadas de relativo peligro en la última fase del segundo acto, pero Del Bosque tuvo que sustituir a Aduriz por problemas físicos y, con la entrada de Pedro, España perdió muchas opciones al no contar con ninguna referencia de ataque. Anteriormente, ‘el Marqués’ sustituyó a Morata por Lucas Vázquez y el gallego fue el único que aportó desborde en un equipo completamente plano, en el que Iniesta y Busquets desaparecieron por completo.
Finalmente, Piqué pudo sentenciar al encontrarse un balón suelto, pero su remate se encontró con unas manos firmes de Buffon. España se volcó para buscar el empate en el último suspiro, pero Pellé fusiló a De Gea para hacer el segundo, gracias a un servicio de Darmian.
Felipe Poza