martes, noviembre 26, 2024
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Higuaín culmina su resurrección entre odio y amor

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Tres años después de abandonar el Real Madrid, Gonzalo Higuaín pondrá rumbo a la Juventus. Como si de un canterano se tratara, el argentino bajó un escalón para evidenciar que es un delantero de primer nivel. Tras batir el récord de goles en la Serie A con el Nápoles, Antonio Conte solicitó su fichaje, que finalmente se ha saldado en 90 millones, el tercero más caro de la historia. El Pipita, que a lo largo de su carrera ha vivido con la losa de no cumplir las expectativas en los partidos importantes, espera redimirse el próximo curso en la Champions.  

Extremo en sus inicios

Hace una década, un 21 de diciembre de 2006, dos argentinos desembarcaron en Chamartín. Fernando Gago, tildado como el nuevo Redondo, y Gonzalo Higuaín, más conocido en su tierra como el Pipita. Con veinte y diecinueve años respectivamente, fueron una clara apuesta de Mijatovic y Ramón Calderón, presidente por aquel entonces, para acabar con la sequía blanca. Al contrario de lo esperado, el mediocentro perdió fuelle mientras Higuaín asumió un rol protagonista. El delantero sólo se perdió tres encuentros desde que se hiciera oficial su contratación.

Capello decidió apostar por Higuaín en la banda, de extremo. Casi siempre por la derecha, aunque en ocasiones también le cambió de costado. La velocidad y explosividad era lo más destacado de aquel chaval, que pronto generó un murmullo en el Bernabéu. El escenario del Madrid no perdona, y el Pipita, pese a su entrega, no encontraba portería. La vislumbró en un escenario importante, en el Calderón, para mantener la maldición de los rojiblancos frente a su eterno rival. Pero finalizó aquella media temporada con cinco tantos. Eso sí, con un recuerdo imborrable: el de Van Nistelrooy ofreciendo el ‘20’ al Bernabéu’, después de que Higuaín culminara ante el Espanyol una remontada que bien valió una Liga.

Un puesto a debate

Precisamente a esa palabra ligó Higuaín su nombre, cuando otorgó la conocida ‘Liga del pasillo’ en Pamplona, con un gol y una asistencia en los últimos cinco minutos. Y aún no convencía a los aficionados blancos. Fue en la temporada 2008/2009 cuando desató su potencial, ya como nueve puro. El argentino transformó sus cualidades: cedió algo de velocidad y adquirió corpulencia, siempre con el desmarque como principal virtud. Veinticuatro goles y doce asistencias que sí conquistaron al Bernabéu.

Le tocó lidiar con Benzema, al que le robó el puesto. “El perro y el gato”, describió Mourinho para destacar la voracidad de Higuaín y la escasa sangre del francés. Sin embargo, el debate siguió vivo cada temporada, con el galo claramente ‘in crecendo’. El verano de 2013, harto de partir desde el banquillo en los duelos más cruciales, el Pipita anunció su adiós entre cierta indiferencia en el club blanco, pese a que un año antes, en el festejo de la Liga de los 100 puntos, corearon que se quedara. La culpa, la Champions League.

Los hay que guardan un buen recuerdo, que alaban su entrega, su capacidad goleadora; y los hay que responden con tres palabras: Olympique de Lyon. El fallo de Higuaín ante el conjunto francés, con la portería vacía, provocó numerosas protestas. Eso, y su bajo rendimiento en las citas importantes. Algo con lo que ha lidiado hasta hace nada con su selección, donde ha sido uno de los culpables de que Argentina no haya ganado ninguna de las tres finales de Copa América que ha disputado recientemente.

Resucitó al tercer año

Cuando puso rumbo al Nápoles, un equipo de menor entidad, muchos detractores supusieron que ahí había concluido la etapa más viva de Higuaín. Sin embargo, el argentino, cual canterano, ha recuperado su lugar a base de rendimiento. Tras un año brillante, en el que ha tumbado en el récord de goles en la Serie A que ostentaba Maradona, ha recibido la llamada de un grande, que la próxima temporada peleará por conquistar la Champions, esa competición donde el argentino espera redimirse.

La Juventus ha abonado 90 millones por el Pipita, en lo que ya es el tercer fichaje más caro de la historia tras el de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Higuaín ha conseguido su objetivo y ha firmado un último gran contrato a sus 28 años: percibirá siete millones y medio por temporada. Eso sí, irse al equipo puntero en Italia ha desatado el enfado de los aficionados del Nápoles, que se dejaron ver en las redes sociales mientras quemaban el ‘nueve’ del que había sido su ídolo durante tres cursos.

Poco parece haberle importado a Higuaín las críticas. En Turín ha sido recibido a lo grande, y espera demostrar por segunda vez que está capacitado para asumir responsabilidades en un club grande. Diez años después de recalar en el Madrid, el Pipita afronta una nueva etapa ilusionante, después de evidenciar que el Nápoles se le quedó corto. Tras sumar dos títulos en tres años, desea incrementar su palmarés y mantener su nombre entre los mejores delanteros del mundo.  

Alberto Puente

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