Cristiano llegó al Manchester United en 2003, cuando el mundo del fútbol le conocía como “el otro Ronaldo”. Por aquel entonces, el portugués era solo una promesa que había deslumbrado en un partido amistoso disputado entre el Sporting de Lisboa y ‘los Diablos Rojos’. Ferguson decidió pagar 17 millones de euros por él, pero al futbolista le costó ganarse el respeto de sus compañeros de vestuario.
De hecho, Cristiano mantuvo una relación tormentosa con alguno de los pesos pesados del United de aquella época. Los capitanes no le pasaban ni una y se empeñaban en demostrarle que ellos mandaban allí. Sin ir más lejos, Ryan Giggs llegó a empotrarle contra la pared, según se desvela en una conversación entre el exdelantero del ManU Ole Gunnar Solskjær y el comentarista, también exfutbolista noruego Jan Aage Fjortoft publicada por Mirror.
El ‘pecado’ que Cristiano cometió ese día fue llegar al entrenamiento con una Coca-Cola en la mano, cuando muchos deportistas consideran que beber refrescos con azúcar está totalmente prohibido. «No vuelvas a hacerlo nunca más», espetó Giggs mientras que se encaraba con Cristiano. Parece que por aquel entonces CR7 no cuidaba tanto su físico ni estaba tan pendiente de los pequeños detalles como ahora.
Sin embargo, este pequeño roce no deja de ser una muestra más de que Cristiano tuvo mala relación con muchos veteranos en su etapa en el United. «En Manchester no hablaba mucho con Ferguson, Scholes, Giggs o Rio Ferdinand”, reconoció el tres veces Balón de Oro para justificar que su relación con Benzema y con Bale no fuera tan buena como la que supuestamente mantenían los miembros de la ‘MSN.
Por último, hace meses Ferdinand también reconoció que la relación con Cristiano fue complicada por culpa de las ‘novatadas’. “Nos reíamos de su ropa y se enfadaba”. No obstante, con el paso del tiempo exdefensor no duda a la hora de expresar su admiración hacia el portugués y se mostró eufórico tras verle ganar la Champions League y la Eurocopa.
Felipe Poza