Sólo habían transcurrido dos jornadas, pero Celta y Atlético de Madrid ya disputaban un duelo de necesidades. El conjunto local afrontaba el choque tras dos derrotas, y los rojiblancos llegaban sólo con dos puntos pese a haberse medido ante dos recién ascendidos. Quizás por ello se presentó un encuentro atractivo. Simeone renegó de su poblado centro del campo, y apostó por meter arriba a Griezmann, Torres y Carrasco. Berizzo, como de costumbre, planteó un partido rápido, en el que su equipo fuera muy protagonista.
Un partido eléctrico sin tantos
Y así fue. El conjunto vigués fue el primero en atemorizar al rival, con una peligrosa llegada de Señé, que tras driblar a Oblak estrelló el balón en el lateral de la red. Los diez primeros minutos fueron un completo vaivén, en el que ningún equipo logró tomar el control. Con el transcurso de los minutos en cambio, fue el Celta el que comenzó a tomar la posesión, a merced de un Atlético al que no parecía disgustarle ese guion de partido.
Menos, tras observar la capacidad para montar la contra. Griezmann adquirió peso en el duelo, y lo probó desde la frontal. También regateó por el costado y aportó esa chispa que sólo Carrasco había sido capaz de mostrar hasta el ecuador de la primera mitad. Sin embargo, al margen de ese tenue disparo del francés, el equipo de Simeone no logró generar una ocasión de verdadero peligro. En el lado contrario, sí. En torno a la media hora, Bongonda se plantó frente al croata, pero su disparo se marchó desviado, cerca del poste izquierdo.
En el último cuarto de hora, nada de nada. El Atlético seguía resignado, con un solo tanto, y desde el punto de penalti, en lo que llevamos de Liga. El Celta, pese a haber tomado las riendas, no había desecho el marcador y sabía que podía pagarlo caro en el segundo periodo. Aspas y Torres, dos jugadores fundamentales en la zona de ataque, pasaron completamente desapercibidos. El partido, eso sí, no defraudaba a pesar de las escasas ocasiones y la ausencia de goles.
Koke abre el camino
En el descanso, al igual que antes del comienzo del choque, se regó el césped. El Celta tenía claro que para adentrarse en la zaga rojiblanca necesitaba un juego directo que pudiera sorprender. Y los locales arrancaron fuerte, con Bongonda como principal protagonista, siempre pegado a la banda. Sin embargo, el Atlético encontró esa oportunidad que tanto ansiaba. Griezmann cayó a la banda diestra, y sirvió un buen centro para que Koke, con un buen remate, firmara el primer tanto.
A raíz de ese tanto, cambio el devenir del encuentro. El carácter competitivo del Celta se desvaneció, y no volvió a pisar el área de Oblak. En el bando rival, todo lo contrario. El Atlético presionó la salida de balón y dificulto esas transiciones que cómodamente habían trazado los vigueses en los primeros cuarenta y cinco minutos de partido. Simeone apostó por quitar a un desaparecido Torres e incluir al flamante fichaje Gameiro. No obstante, el ariete francés no dispuso de su mejor tarde.
Griezmann, la estrella
El delantero francés erró a portería vacía. Una ocasión clara desperdiciada, que para bien de los de Simeone, no tuvo ningún efecto. Y es que arrancó la fiesta de Griezmann. El delantero no puede presumir de altura, pero no presenta carencias a la hora de rematar en las alturas. El máximo goleador de la Eurocopa anotó dos tantos consecutivos muy similares con la testa. Primero tras un centro de Saúl, y después de Juanfran. Así, el Atlético lograba plasmar en el luminoso su superioridad táctica en la segunda mitad.
Simeone, que también había incluido a Correa, tras el tercer tanto optó por Tiago. Berizzo introdujo a Rossi, Piano Sisto y Cheikh, aunque no consiguió voltear la situación en los últimos diez minutos de partido. Es más, un centro de Gaimero permitió al extremo argentino anotar casi sin ángulo para abrir más brecha. El Atlético consiguió su primer triunfo en la presente Liga de Santander, con unas sensaciones que hacen creer en las posibilidades de repetir la pugna con Madrid y Barcelona de los últimos años. El Celta, por el contrario, se hunde en la tabla, tras no cosechar un solo punto en tres jornadas.
Alberto Puente