martes, septiembre 24, 2024
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Araujo condena a un Madrid superior que cierra una semana fatídica

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Ya no sorprende a nadie. Las Palmas ha evidenciado en este inicio de curso su apuesta por el esférico. No le importa el rival, ya lo dijo Setién en la previa del duelo: “Somos mejores cuando tenemos el balón”. Con esa idea partieron ante el Madrid, pero los blancos adoptaron un guion similar. Eso se tradujo en largas posesiones por ambos bandos al inicio del duelo. La única diferencia se hallaba en el riesgo, mucho mayor en el conjunto canario, que en ningún momento abogó por el pelotazo en largo.

Eso llevó a los amarillos a atravesar ciertos problemas en los primeros minutos, cuando el Madrid insistía en la presión. Ahí emergió la figura de Morata, una amenaza constante para los locales. El ariete, que le robó el sitio a Benzema, estuvo muy participativo. Bajaba los balones en largo, caía a banda constantemente y remataba. Es más, si Varas no llega a andar fino de reflejos, el delantero de la selección española hubiera allanado el camino de los suyos con un buen cabezazo. También Kroos había probado fortuna minutos antes.

Después, cuando los merengues rechazaron ese esfuerzo de asfixiar la salida de balón del rival, Las Palmas encontró un respiro necesario. E instauró la equidad en el encuentro, pese a que hasta el minuto veintisiete no llegó su primera oportunidad. Fue Tana el que erró frente a Casilla. Momo, Viera y Roque Mesa, combinaban en zona de tres cuartos y exhibían ese juego atractivo que comienza a causar furor en la Liga Española.

El Madrid golpea y Las Palmas responde

Como son las cosas, que ese momento idílico se apagó fugazmente. Nacho apareció como un rayo por el lateral zurdo, y tras un buen regate disparó pegado al palo. Varas rechazó el esférico, pero Asensio, colocado como un nueve puro, remató la faena. Apenas había disfrutado el Madrid de su ventaja, cuando llegó la reacción de Las Palmas. Momo centró desde la izquierda, y en esta ocasión Tana no falló. Libre de marca pudo bajar el balón y batir a Casilla.

El mayor problema para el Madrid era la escasa participación de Modric y Kroos en el medio campo y Cristiano Ronaldo. El portugués yacía desaparecido sobre el césped. Bale tuvo la última antes del descanso, pero Varas mantuvo vivo a los suyos. Intensidad, incertidumbre… no faltó nada en una primera mitad en la que la igualada hacía justicia a lo que se había vislumbrado en el campo.

De nuevo, por enésima ocasión, el Madrid llegaba al descanso con los deberes por hacer. Y en su último precedente, ante el Villareal, los blancos ya habían comprobado que no siempre se puede apelar a la épica. Aunque en esta ocasión la fortuna les iba a sonreír. La inoportuna lesión de Viera trastocó los planes de Setién, que observó cómo su equipo perdía a una pieza clave en su esquema. Por si fuera poco, con el paso del tiempo el cansancio afloró en los canarios.

Zidane saca la artillería

El Madrid aprovechó la situación para dar un paso al frente liderado por Zidane. El francés introdujo a Benzema y retiró del campo a Asensio. El dibujo quedaba con un manifiesto 4-2-4, que desnudaba las intenciones blancas. Había que someter a Las Palmas y así fue. Bale fue el primero en avisar, tras una buena asistencia de Cristiano. Después, con tanta artillería aunada y con Las Palmas encerrada en su área, era cuestión de tiempo que llegara el tanto de los visitantes.

Y así fue. El astro portugués trazó la diagonal desde la izquierda, e intentó batir a Varas con un disparo cruzado. El meta lo detuvo, pero como ya sucedió en el primer periodo, el balón quedo suelto. Allí andaba un gato suelto, que apenas sumaba cinco minutos sobre el césped, para firmar el gol. Con la ventaja en el marcador, era obvio que Zidane desdibujara ese ofensivo esquema. Lo que no entraba en los planes era que el sacrificado fuera Ronaldo. El luso, de menos a más aunque sin excesiva incidencia, abandonó el campo con un serio cabreo.

Gol 'in extremis'

El envite parecía tener escrito su final. No sólo porque el Madrid manejaba bien su ventaja, sino porque los canarios empezaron a mostrar una actitud derrotista. Sin embargo, en una jugada aislada, un pase con el pecho de Vicente permitió a Araujo plantarse frente a Casilla, aunque muy escorado. El delantero, que había partido desde el banquillo, tuvo fortuna y se llevó el despeje del guardameta para anotar casi de forma involuntaria.

Restaban cinco minutos más la prolongación, y el Madrid se volcó en el ataque en busca de los tres puntos. Los blancos tuvieron tiempo para meter miedo a los aficionados que se congregaron en el feudo de Gran Canaria, pero no hubo recompensa. Benzema no acertó con una volea, y después Isco fue incapaz de acertar con un remate de cabeza cuando yacía sólo en el área. Dos puntos más que se deja por el camino el Real Madrid, aunque se mantiene al frente del liderato. 

Alberto Puente

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