El ambiente era el propicio para una gran noche europea. Para una eliminatoria, más que para un duelo de la fase de grupos, por mucha trascendencia que tuviera de cara al liderato. El Borussia se contagió de ese empuje, y planteó un arranque fulgurante, aunque demasiado loco. Líneas adelantadas para buscar las flaquezas del conjunto de Zidane, con James en lugar de Casemiro. La primera, en cambio, la tuvo Cristiano. De falta, eso sí. De la misma manera respondió Gonzalo Castro.
Con las hostilidades desatadas, arrancó el asedio de los alemanes, a merced de un Madrid errático que ponía en aprietos a su propio guardameta con nefastas cesiones. No era fácil salir, no obstante, de la asfixiante presión de los locales. El Borussia exhibió mucha verticalidad, y en apenas dos o tres toques se plantaba en el área rival. Dembelé y Aubameyang se erigieron como las principales amenazas, pero el resurgido Navas evidenció que mantiene intactos sus reflejos.
El Borussia paga el riesgo
Con casi todo el equipo en campo rival, el Borussia asumía un riesgo excesivo a la hora de frenar al Madrid. Si bien es cierto que los blancos apenas habían rascado el esférico, apenas hicieron falta dos embestidas para que encontraran el gol. Benzema pudo abrir la lata, pero un resbalón en el último momento lo impidió. Fue un aviso del Madrid, que adoptó una postura defensiva y se centró sólo en la contra. El objetivo era superar la línea de presión, y a partir de ahí, configurar la ofensiva.
Y con jugadores como Modric es mucho más fácil. El croata, con el exterior, abrió a la izquierda. Y desde ahí el Madrid forjó un ataque que sería decisivo. La pelota llegó a Kroos, en la mediapunta. El alemán asistió a Ronaldo, que trazó una pared con Bale para anotar el primero. A raíz de ese tanto, el Borussia recapacitó y pese a asumir el mando del duelo, situó varios metros más atrás su línea defensiva.
Tablas al descanso
El Madrid mostró su faceta más aguerrida. Fuerte, con todos muy juntos, y con una colocación que dificultaba la progresión del Borussia. Una versión similar a la que exhibió en sus mejores duelos del pasado curso. Y aún así, no evitaron las oportunidades de Dembélé y Sokratis. Cuando el envite se acercaba al descanso, un error en el despeje de Keylor provocó el fortuito tanto de Varane en propia puerta. El Madrid intentó deshacer las tablas en el descuento, pero Cristiano marcó en fuera de juego.
Adiós a las embestidas
El cansancio afloró en los veintidós protagonistas, y la intensidad del duelo decayó. Los ataques vertiginosos desaparecieron, y con el transcurso del tiempo fue el Madrid el que se apoderó del esférico. El Borussia confiaba todo a la individualidad de Dembélé, mientras daba un paso atrás en el campo. Superados los quince primeros minutos, los alemanes estaban ya encerrados, y el conjunto merengue buscaba un resquicio, entre numerosas transiciones de banda a banda.
Ante la imposibilidad de penetrar por el centro, el Madrid se encomendó a los centros. Una opción más que correcta, dado el potencial de sus hombres. Bale anduvo cerca del gol tras un saque des esquina de Kroos, pero su disparo se marchó por encima del larguero. Fue anticipo de lo que estaba por venir. Cristiano, escorado a la izquierda, colgó el esférico al segundo palo. Ahí emergió la figura de Benzema. El francés remató al poste y el rechace cayó a los pies de Varane, que materializó el 1-2.
El Borussia responde
Como ya hizo en el encuentro ante Las Palmas, el Madrid se echó varios pasos hacia atrás tras el tanto. Tuchel, con sus cambios (Schurrle y Emre Mor), consiguió un giro de efecto. El Borussia retomó el mando, aunque la encerrona de los blancos complicaba la tarea. Mor y Guerreiro optaron por probar desde lejos, pero Keylor siempre sacó los puños. La inercia, en cambio, había cambiado. El duelo se movía al son de los alemanes, que aguardaban su momento.
Y éste llegó a cinco minutos para el final, cuando Schurrle recibió en la zona izquierda del área. El campeón del mundo disparó potente, a la escuadra, imposible para Navas. De nuevo surgían los fantasmas blancos. Con Morata sobre el césped, se buscó la épica, pero no hubo tiempo. Es más, a la contra, hasta el Dortmund pudo alcanzar el triunfo. Empate que siembra de incertidumbre y emoción la pugna por la primera plaza del grupo.
Alberto Puente