España no pudo pasar del empate en el encuentro frente a Italia de la segunda jornada de la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018. No obstante, el marcador no refleja para nada los méritos realizados por uno y otro equipo, puesto que David De Gea fue un simple espectador durante casi todo el encuentro. El empate no es un mal resultado porque los transalpinos tienen que venir a jugar a España a jugarse la primera posición del grupo, que da acceso directo al gran torneo de selecciones, pero sabe a poco después de tener el triunfo en el bolsillo. .
España dio una lección de personalidad en una primera parte buenísima en la que se fue a buscar el balón y lo recuperó con una velocidad asombrosa. En cualquier caso, volvió a quedar patente que en este momento no existe en el país un '9' de verdaderas garantías que se adapte a la grandeza de este equipo. Diego Costa fue de más a menos, para volver a fracasar nuevamente en su intento de triunfar en una selección que juega muy diferente a sus equipos.Además, el hispano-brasileño volvió a arriesgar la expulsión de la forma más absurda. Morata tampoco pudo aportar gran cosa.
Este jueves Koke, Silva e Iniesta bordaron el fútbol por momentos e hicieron perseguir sombras a sus rivales durante una gran fase del encuentro, pero el equipo no consiguió crear oportunidades con frecuencia. De hecho, los tantos llegaron gracias a dos errores. Primero cantó de forma espectacular Buffon en una salida fuera del área y después Ramos estuvo muy blando a la hora de conceder un penalti innecesario. La otra mala noticia del encuentro la dio Jordi Alba que tuvo que salir lesionado en la primera parte.
Lopetegui apostó por Koke en el centro del campo, justo al lado de Bustquets, y por Vitolo en la banda derecha para enfrentarse a su primer compromiso de verdadero peso en un partido oficial como seleccionador español. Sin embargo, el verdadero cambio de la selección con respecto a la última derrota del equipo estuvo más en la actitud que en los nombres.
España entró al partido con muchísimas ganas y con las ideas muy claras. Para contrarrestar el poderío de la defensa italiana de tres centrales había que presionar muy arriba para recuperar rápido el balón. De hecho, el plan salió a la perfección en un primer momento porque Italia no renuncio en ningún momento a tocar, pero la presión le resultaba asfixiante.
Koke encontró su posición también en 'la Roja'
Además, Koke jugaba a sus anchas porque Busquets le guardaba la posición a la perfección y le permitía hacer mucho daño entre líneas. Allí encontraba con frecuencia a dos futbolistas realmente inspirados, Iniesta y sobre todo Silva. Sin embargo, esos minutos de dominio claro español no se tradujeron en demasiadas oportunidades. Piqué estuvo cerca de marcar en dos cabezazos que salieron por muy poco y Silva también lo intentó con un disparo desde la frontal, pero Buffon solo tuvo que intervenir para sacar un disparo flojo y centrado de Iniesta tras una jugada colectiva de fantasía de los centrocampistas de 'la Roja'.
Por eso, Italia dejó de sufrir en la fase final del primer acto, aunque De Gea ni siquiera tuvo que intervenir antes del descanso. Asimismo, en el inicio de la segunda parte el dominio en la posesión de España resultaba igual de insultante, pero los de Lopetegui cada vez parecían más inofensivos. Sin embargo, un pase de Busquets a la espalda de la defensa obligó a Buffon a salir fuera del área. El guardameta de la Juventus tenía mucha ventaja, pero erró en el despeje fuera del área y permitió que Vitolo marcase a placer.
Con el gol, el partido se desató y ganó en alternativas. Immobile disfrutó de una ligera ocasión en una jugada a balón parado que no llegó a rematar bien, pero España tuvo una oportunidad muchísimo más clara poco después para sentenciar el partido. Koke dejó completamente solo a Vitolo en una contra fugaz, pero el canario la cruzó demasiado ante la salida de Buffon. Justo antes Diego Costa jugó con fuego al disparar el balón con rabia varios segundos después de que el colegiado invalidase la jugada por fuera de juego.
Finalmente, España solo tenía que dejar que los minutos se consumieran, pero sin necesidad de llegar a tirar a puerta con el balón en movimiento, Italia se encontró con la posibilidad de empatar el choque desde el punto de penalti. Ramos metió el pie cuando no debía y sin demasiada convicción, Éder llegó antes y el castigo del árbitro fue justo. De Rossi lo lanzó a la derecha de De Gea y el portero español se tiró para el otro lado, a pesar de que el exjuventino Morata le señaló para el lugar correcto. 'La Azzurra' apretó en los últimos minutos y el castigo pudo ser todavía más duro para los españoles, pero el fútbol no quiso ser tan cruel en esta ocasión y el choque terminó con el empate.
Felipe Poza