El calvario de Cesc Fábregas podría llegar a su fin en el próximo mercado de invierno. La Juventus, que ya rechazó una oferta de cincuenta millones de euros por Bonucci, ha comunicado al conjunto inglés su deseo de hacerse con el español, al que otorgarían un papel protagonista. Si Conte suma al mediocentro a la puja ya realizada en el pasado, se cerraría la operación. Sólo necesita el permiso de Abramovich para incorporar al italiano, que sustituiría al irregular Cahill.
Nueve partidos han bastado para comprobar que Antonio Conte no cuenta con Fábregas. El español apenas acumula minutos en la competición doméstica, donde sólo ha partido de inicio en una ocasión, y hasta en tres encuentros no ha llegado siquiera a saltar al césped. El técnico italiano le tiene como una de sus últimas opciones, y tan sólo deja redimirse al mediocentro en la EFL Cup a la que no confiere ninguna importancia.
Cesc, al margen del doblete consumado ante el Leicester City, no ha ofrecido un nivel óptimo para ganarse más oportunidades. El club quiere deshacerse de él, y podría conseguirlo en el mercado invernal. El próximo destino de Fábregas podría ser Turín. La Juventus ha mostrado su interés, y es el pretendiente ideal para el Chelsea, que podría utilizar al español para cerrar el fichaje de Bonucci. Conte no está satisfecho con Cahill y ansía incorporar al defensa italiano.
El problema reside en las pretensiones del conjunto bianconero, que además de Fábregas solicita cincuenta millones. Cifras algo desorbitadas, pero que ya ofreció el Chelsea el pasado verano. Por tanto el conjunto inglés sólo tendría que sumar al español en la puja para conseguir a Bonucci, según informa el diario inglés ‘The Sun’. Sólo falta el ‘ok’ de Abramovich.
La operación sería más que satisfactoria para Cesc, ya que Allegri sí contaría con él. El entrenador de la Juventus quiere a alguien que pueda sustituir la labor de Pirlo y Marchisio, y confía en Fábregas para esa tarea. El futbolista tendría que adaptarse a un nuevo rol, en el que transitaría más lejos del área rival, y se encargaría de enlazar la defensa y el medio del campo. Una labor de responsabilidad, ya que aunaría los ejercicios de destrucción y elaboración del juego.
La edad no es un inconveniente para Allegri, que confía en que a Fábregas le queden cuatro o cinco años de buen nivel. Es más, ve una virtud en la experiencia y en la veteranía del español. Cesc vislumbra de nuevo la luz.
Alberto Puente