El Barcelona dio un paso de gigante para lograr la primera plaza de su grupo en la Champions al derrotar con comodidad al Manchester City en un partido con demasiadas rarezas. La diferencia entre los dos clubes no llegó determinada desde el banquillo, puesto que importa muy poco quién entrene cuando en el campo está el mejor jugador del mundo y se encuentra inspirado.
Messi destrozó a la defensa 'Citizen' en tres jugadas en las que se benefició de las grandes facilidades que le dio el equipo de Guardiola. El City tuvo muchas oportunidades, pero no fue capaz de aprovechar ninguna, en gran parte por culpa de la gran actuación de Ter Stegen. El árbitro también tuvo un papel importante, ya que no vio un claro penalti de Digne en la primera parte que hubiera supuesto el 1-1.
Por el contrario, Bravo se fue a la calle con toda justicia en los primeros minutos de la segunda mitad y eso condicionó claramente el resto del choque, por mucho que Mathieu decidiera borrarse de forma absurda poco después. Con todo esto, solo queda esperar un choque radicalmente diferente en el partido de vuelta.
Sergi Roberto se quedó en la grada porque todavía estaba renqueante de su última lesión, mientras que Luis Enrique decidió apostar por Mascherano como lateral derecho. Sin embargo, en los primeros minutos, Jordi Alba, que regresaba tras perderse la última jornada de Liga por un problema muscular, recayó de su dolencia y tuvo que dejar su sitio en el campo a Lucas Digne.
Además, el partido tenía muchas interrupciones y ninguno de los dos equipos llegaba a imponer su ritmo en ningún momento. No obstante, el Barcelona fue el único capaz de hilvanar jugadas de ataque en los primeros compases, hasta que llegó el gol de Messi por casualidad. El argentino se aprovechó de un inoportuno resbalón de Fernandinho en el área para hacer buena una defectuosa pared con Iniesta. 'La Pulga' tuvo todo el tiempo del mundo para definir y tumbó a Bravo con toda la tranquilidad del mundo.
Bravo no estuvo tan fino como su excompañero
Asimismo, el segundo tiempo no dio para mucho más, puesto que el juego quedó marcado por la lesión que Gerard Piqué se produjo en el tobillo por culpa de una fuerte entrada de David Silva. El central intentó seguir en el partido, pero finalmente Mathieu entró en su lugar. Con tanta lesión, el partido quedó realmente descafeinado y no se jugó nada hasta los últimos minutos de la primera parte, donde el City apretó de lo lindo.
De hecho, Ter Stegen tuvo que firmar un paradón, ante un chut potente y cruzado de Gundogan desde dentro del área. Además, Stones también disfrutó de una oportunidad inmejorable al rematar una jugada a balón parado, pero no fue capaz de enviar el balón entre los tres palos. Del mismo modo, el City pudo empatar en una jugada en la que Digne tapó un centro con la mano dentro del área, pero ni el colegiado del partido ni su asistente vieron nada. En cambio, justo antes del intermedio, Luis Suárez también puso la réplica en una jugada en la que controló de ruleta un buen pase de Messi y definió con mucha velocidad, aunque Bravo fue capaz de sacar el balón en dos tiempos con una estirada muy estética.
En la segunda mitad, se confirmó la tendencia del partido al parón eterno, aunque esta vez el Barça sacó un beneficio claro. Bravo salió de su portería para tocar el balón con los pies, pero despejó mal y le dejó el balón en bandeja a Luis Suárez. El 'killer' disparó a portería, pero el chileno la paró con las manos fuera del área y el colegiado decidió expulsarle, como no podía ser de otra manera. Caballero entró por Nolito para ocupar la portería, mientras que Clichy tuvo que salir al campo por la lesión de Zabaleta, que se produjo en el mismo lance. El doble cambio tardó una barbaridad en realizarse, por lo que el partido no se reanudó hasta el minuto 60, aunque con el City con uno menos ya era imposible que no pasaran cosas en el encuentro.
Messi no tardó en firmar el segundo con un disparo desde la frontal que tropezó en Fernandinho e hizo inútil la estirada de Caballero. Pese a todo, Guardiola no renunció a su estilo y De Bruyne estuvo muy cerca de reducir distancias, aunque Ter Stegen volvió a responder con una estirada felina. Por el contrario, la suerte del partido ya estaba echada y una perdida de balón de Stones permitió que Messi cerrase su triplete de goles. El central se la regaló a Luis Suárez, pero el uruguayo estuvo generoso y le dejó el balón en bandeja al '10'.
Todo iba de cine para el Barcelona, con lo que parecía imposible que el City se metiera en el partido, pero la tremenda torpeza de Mathieu le llevó a ver dos amarillas en un abrir y cerrar de ojos, para dejar el partido igualado en el número de contendientes. Finalmente, hubo un intercambio de ocasiones hasta que Messi sufrió un penalti en los últimos instantes que Neymar no fue capaz de convertir. Caballero aguantó bien, pero lo cierto es que el brasileño no lo ajustó del todo bien. En cambio, el brasileño todavía tuvo tiempo para resarcirse con un gol en el que firmó varios recortes en el área antes de cruzar el balón para superar al portero.
Felipe Poza