El Real Madrid se coloca como líder en solitario, tras nueve jornadas de Liga, gracias a su agónica victoria frente al Athletic Club. La situación en la tabla a estas alturas es idílica y recuerda poco a la que se vivía el año pasado con Rafa Benítez al mando, pero las sensaciones del juego no son mucho más halagüeñas que por aquel entonces.
Cristiano no le mete un gol ni al arcoíris esta temporada, Benzema anda con su empanada de siempre, pero si el equipo va primero así, lo lógico es pensar que será capaz de mantenerse cuando sus fieras despierten. Mientras tanto, Morata y Lucas son garantía de que este año el Madrid tiene muchísimos recursos para cambiar el partido desde el banquillo.
El gol siempre va por rachas para los delanteros, pero lo realmente preocupante es la situación defensiva, ya que Varane y Pepe no terminan de ajustar su posición, puesto que el equipo nota demasiado la ausencia de Casemiro. Kroos está demasiado solo a la hora de ofrecer equilibrio, por mucho que algunos le intenten ayudar con más ganas que cualidades para ello.
Zidane volvió a la pareja de interiores formada por Kovacic e Isco que tan buen resultado le dio en la jornada liguera anterior, con el mismo once que humilló al Betis en Sevilla, mientras que Aduriz no pudo estar del lado de los vascos por culpa de una lesión. Con estos protagonistas, el Madrid saltaba al campo con el deber de colocarse como nuevo líder tras el pinchazo del Atlético en el Pizjuán.
Por eso, los blancos entraron enchufados al encuentro y mandaron de inicio, a pesar de que el primer acercamiento de peligro lo firmó Iñaki Williams. Sin embargo, en la siguiente jugada, Isco aprovechó un error grave de Saborit en un intento de despeje para asistir a Benzema, que tan solo tuvo que empujar el balón para abrir la lata. Todo empezó debido a un pelotazo en largo de Marcelo, pero los de Valverde permitieron que les hicieran daño con muy poco.
Después, los de 'Zizou' dominaron con comodidad, pero sin excesiva profundidad en los minutos posteriores, mientras que parecía que el Athletic no tenía argumentos para meterse en el partido. No obstante, los locales fueron demasiado permisivos en una jugada que empezó por la banda de Marcelo y que terminó en una cadena de fallos protagonizada por los centrales y por Carvajal para terminar con el gol de Sabin Merino prácticamente a placer.
Con este tanto, comenzó el murmullo en el Bernabéu, aunque el Madrid volvió a disponer de dos ocasiones claras en la primera parte para ampliar su cuenta. Primero fue Bale el que hizo muchísimo daño con una galopada imparable por la banda izquierda, pero ni Benzema ni Cristiano lograron rematar su centro en condiciones. Después, CR7 falló una ocasión clarísima porque se quedó solo ante Iraizoz en una posición muy escorada y no decidió hasta el último momento si lo mejor era asistir a Benzema o a Isco o jugársela por su cuenta. Finalmente, firmó un disparo tímido que el portero no tuvo problemas para atajar.
Fallos de todos los colores
Las sensaciones de los madridistas al descanso no eran nada positivas, puesto que el balance defensivo volvía a ser horrible en todas y cada una de las jugadas en las que los vascos intentaban ponerle velocidad al juego. En cambio, en la segunda mitad el Madrid no fue capaz de adueñarse del partido y permitió que se convirtiera en todo un correcalles. Bale reclamó una falta de Saborit cuando iba enfilado a por Iraizoz, pero poco después Williams se encontró con una oportunidad inmejorable de poner a su equipo por delante en el marcador, pero mando el balón por encima de la portería cuando se encontraba completamente solo delante de Keylor.
No obstante, con el paso de los minutos el Madrid le empezó a poner más ganas que fútbol. De hecho, Isco consiguió llevarse un balón a trompicones antes de meter un centro buenísimo a la cabeza de Benzema, pero el francés no supo darle dirección el balón acabó en las manos del meta rojiblanco. Con todo esto, Zidane intentó meter más madera con el cambio de Lucas Vázquez por Isco, que fue despedido con una sonora pitada de un sector del público justo antes de que Cristiano mandara al limbo un buen servicio de Bale desde el costado izquierdo.
Cristiano no paraba de intentarlo, aunque tenía el punto de mira francamente desviado, y lo volvió a probar con un gran zapatazo desde la frontal que se fue un metro a la izquierda de la portería de Gorka. En los últimos 20 minutos, Zidane decidió darle la alternativa a Morata en el lugar del francés y el Bernabéu también hizo visible su descontento, que también parecía causado más por el jugador que por el cambio en sí. En cualquier caso, al Madrid ya no le quedaba otra que irse a por la victoria sin complejos, pero parecía que esta noche la suerte no estaba del lado de los blancos.
Bale perdonó tras un pase largo de Kroos que le dejó completamente solo porque se quedó a mitad de camino entre el pase a Cristiano o el remate. Asimismo, Lucas y Morata tampoco fueron capaces de superar a Izaizoz cuando se quedaron completamente solos delante de él, aunque en los sucesivos rechaces un pelotazo de Susaeta contra San José casi acaba en la portería.
Pese a todo, cuando el partido llega a los minutos de la agonía, la diosa fortuna rara vez da la espalda a los merengues y Morata se está convirtiendo en todo un especialista en decidir partidos ajustados. Bale asistió desde la banda izquierda, el canterano remató al cuerpo de Iraizoz, pero estuvo atento para cazar el rechace y desatar el delirio en el marcador.
Finalmente, parecía que el Madrid solo tenía que esperar a que pasasen los minutos, pero Varane casi le da un disgusto gordo a su público. El central perdió el balón de forma inexplicable frente a Iñaki Williams, pero el delantero estaba gafado y se encontró con las manos de Keylor en el mano a mano. Para terminar, Cristiano cerró su triste noche con un mano a mano en el que envió el balón al cuerpo de Iraizoz, cuando tenía a dos compañeros a los que pasarles el balón.
Felipe Poza