El presidente del Athletic Club de Bilbao, Josu Urrutia, se enfrentó a una plácida Asamblea de Socios Compromisarios en el Palacio Euskalduna. Después de vencer en las últimas elecciones porque ninguna otra persona se presentó a la elección, el exfutbolista solo tenía que ir a la reunión a darse un baño de masas y a no meterse en ningún jaleo.
Sin embargo, un socio llamado Txente tomó la palabra para pedir al club que promoviera una iniciativa con el objetivo de que «los términos relacionados con atléticos, aléticos y similares» solo se puedan utilizar en referencia al club bilbaíno en la prensa. Ante esta curiosa petición, el presidente decidió esquivar el asunto, pero su secretario, Javi Aldazaba, entró al trapo con unas palabras que podrían haber producido toda una crisis diplomática entre ambas entidades.
“Tiene razón, el Athletic es una marca. Hoy en día sería impensable que viniera alguien y pusiera Coca Cola de Bizkaia, que alguien usurpara el nombre de un tercero. Y además usurparon los colores, el nombre, el escudo. Hace poco vi el escudo, no el actual, el de 1910, y era igual que el nuestro de entonces. Hoy en día sería impensable porque está protegido lo que es la marca y el nombre comercial”, dijo el directivo con una opinión muy poco contrastada.
En cualquier caso, Aldazaba no parecía dispuesto a comenzar ningún tipo de batalla legal, puesto que le parecía difícil entrar en un asunto con tanta antigüedad. “Se han apropiado de ello y después de 100 años de uso pacífico, consentido, ahora es complicado”, dijo en clara referencia al Atlético de Madrid, aunque en el resto del mundo hay muchos equipos profesionales que utilizan este mismo sobrenombre.
El rojiblanco como una seña de identidad
El presidente del Athletic no sabe que el conjunto de Madrid nació como un tributo a su propio club. Varios aficionados al fútbol de origen vasco querían montar un equipo en la capital. Al principio su idea era la de formar una entidad independiente, pero en un viaje a Bilbao uno de ellos pensó que podía proponer una sucursal del club vasco y todo se hizo acorde a los estatutos del Athletic. Ambos equipos llevaban entonces los colores del Blackburn Rovers, pero un tiempo después un responsable de ambos clubes viajó a Inglaterra a por camisetas y solo encontró las del Southampton. De esta forma, los primeros que “robaron los colores” fueron los vizcaínos. Curiosamente, el Atlético vistió antes esas camisetas que el Athletic.
En principio, los dos clubes no podían competir entre ellos y el Atlético tenía la obligación de cederle a sus mejores jugadores, con los que el club vasco ganó los títulos más importantes de la época gracias a eso. No fue hasta una década después cuando se suprimió esa obligación y los dos clubes pudieron enfrentarse por primera vez en partido oficial. El problema llegó cuando los dos cruzaron sus caminos en una final que terminó en empate y se obligó a jugar el desempate en campo vasco. En 1921 se consumó la desvinculación de ambos clubes.
Aldazaba es un hombre muy querido por la masa social del Athletic, ya que tiene mucho desparpajo al hablar, aunque visto lo visto a veces lo hace más de la cuenta. Hace unos años ya protagonizó otro problema similar con la Real Sociedad, cuando le preguntaron por los motivos por los cuales su equipo no llevaba la bandera vasca en la camiseta y los donostiarras sí lo hacían. “Si me permitís una maldad, ya que nos han comparado con otros clubes, aunque no sé a quién te refieres, y que están a cien kilómetros; nosotros no necesitamos llevar la ikurriña como otros porque todos somos euskaldunes. Igual tienen que llevarla porque como tienen un argentino…”, explicó en un comentario que no sentó nada bien a sus vecinos.
Felipe Poza