lunes, septiembre 23, 2024
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El Barça hace lo justo para hurgar en la herida del colista

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Un mero trámite. Eso parecía ser para el Barcelona su duelo frente al Granada, colista, que ha sufrido severas goleadas en el tramo inicial de la temporada. Por ello quizás la actitud de los pupilos de Luis Enrique no fue la que debiera durante los primeros cuarenta y cinco minutos, donde eso sí, fue un absoluto monólogo azulgrana, que lideró la posesión de forma aplastante (72%-28%).

Supo generar ocasiones el equipo azulgrana, con los mismos protagonistas que casi siempre. Apenas habían transcurrido diez minutos, cuando una buena internada de Neymar por la izquierda por poco no acaba con un zarpazo de Messi desde la frontal. El conjunto azulgrana se adueñó del balón, como estaba previsto, pero el Granada, además de juntar una línea de cinco hombres atrás, exhibió un gran orden táctico sobre el césped, e impidió que el Barcelona encontrara espacios.

Con treinta minutos transcurridos, Suárez ya había gozado de dos excelentes oportunidades, ambas desperdiciadas de forma incomprensible. Umtiti, atento en cada saque de esquina, mostró su faceta más ofensiva. Sin embargo, las transiciones de los locales eran muy lentas y apenas conseguían desarbolar al Granada. El conjunto andaluz, no mostró ningún complejo y sacó el esférico con facilidad desde atrás, aunque no amenazo la portería de Ter Stegen en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Antes del descanso, Suárez volvió a probar suerte, pero se topó con un buen Ochoa. La escasa fluidez del Barcelona en la medular, propiciaba el empate a cero que se vislumbraba en el marcador. El colegiado señaló el descanso, y Messi, cabizbajo, abandonó el césped con el brazalete en la mano. Su equipo había sido superior, pero la afición tan sólo había disfrutado con la bota de oro que les ofreció Luis Suárez antes del inicio.

La recompensa que no obtuvo el Barcelona en la primera mitad, la encontró en el primer resquicio tras el descanso. Messi arrancó y sirvió un buen balón a Suárez, que no acertó a rematar.  Sí disparó Neymar, aunque se topó con el poste. El rechace lo aprovechó Rafinha, que volvió a exhibir su gran capacidad goleadora para dar tranquilidad al conjunto azulgrana, atascado hasta ese momento.

Con el marcador a favor, al Barcelona sí le valió la postura adoptada en el primer periodo. Sostuvo el balón y evitó cualquier opción de los andaluces, que parecían resignados, y rumbo hacia otra derrota que les coloca en una trágica situación. El conjunto de Luis Enrique, en cambio, no fue capaz de resolver el duelo, ante el desacierto de Neymar, y quedó expuesto a que el Granada, en cualquier jugada aislada, pudiera arañar algo positivo.  

El cansancio afloró en los pupilos de Alcaráz, que pese a las ganas, no inquietaron a Ter Stegen en el tramo final. En defensa, el esquema se desdibujó. El Barcelona gozó de multitud de opciones, pero no era la noche de Suárez, que se marchó de vacío y dejó su lugar a Alcácer. Hasta Messi dejó con vida al Granada en el descuento. Los visitantes no pudieron reaccionar ante las prolongadas posesiones azulgranas, y firmaron una nueva derrota que les hunde en la tabla. El Barcelona, con un triunfo mas costoso de lo esperado, sigue la estela del Madrid.

Alberto Puente

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