martes, septiembre 24, 2024
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Un pésimo Madrid golea a un exhausto Alavés

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Tras el trámite frente a la Cultural Leonesa, el Madrid afrontaba de nuevo la realidad. Zidane recurrió a las soluciones más habituales con Kovacic e Isco en la medular, y con la BBC de nuevo en escena. Los problemas del equipo blanco, en cambio, yacen más atrás en la zaga. Sólo en dos ocasiones habían mantenido la portería a cero en las nueve jornadas previas, y frene al Alavés volvieron a mostrar las carencias defensivas en apenas diez minutos.

Danilo, titular por culpa de la sanción de Carvajal por acumulación de tarjetas, perdió un balón vital. Theo ganó línea de fondo, y puso un buen balón raso al área. Navas y Varane no se entendieron, y Deyverson lo aprovechó para hacer el primero y provocar el éxtasis en Mendizorroza. Les tocaba remar a los merengues, que no supieron adueñarse del esférico. El Alavés robaba con facilidad, y el Madrid apenas amenazaba el área rival.

Ante la dificultad de transitar en zona de tres cuartos de campo, el Madrid debía aprovechar cualquier resquicio. Y encontró la solución en un lanzamiento de falta, en el que los locales cometieron un grave error. Bale disparó y el balón golpeó en el brazo de uno de los hombres que conformaba la barrera. Cristiano asumió la responsabilidad y convirtió la pena máxima.

El empate no cambió un ápice el guión del encuentro. El Alavés se sentía cómodo, y escuchaba los “olés” de su público mientras el Madrid permanecía encerrado en su feudo, en un cambio de roles incomprensible. El conjunto azulón lo intentaba siempre por las bandas, con Edgar y Theo como protagonistas. Sin embargo, el Madrid hizo valer su superioridad individual. En una jugada aislada, Benzema asistido con fortuna a Cristiano, que culminó la remontada.

Restaban quince minutos de la primera mitad, pero al margen de la lesión de Pepe que obligó a Nacho a saltar al césped, no aconteció nada nuevo. Envite poco vistoso, en el que escasearon las ocasiones. El Madrid, gracias a su pegada, obtenía una renta inmerecida.

Tras los quince minutos de tregua no se vislumbró un incremento de la intensidad en ningún bando. Los problemas persistían para el conjunto de Zidane, que pudo perder su ventaja si Camarasa o Deyverson hubieran estado más acertados de cara a portería. Con el transcurso de los minutos, afloró el cansancio en el Alavés, lo que permitió al equipo blanco sostener el esférico, y apaciguar el empuje de los locales.

El Madrid exhibió su versión más pobre, incapaz de generar peligro por los costados, y con demasiada lentitud en las transiciones por el centro. La BBC, una vez más, rendía por debajo de lo esperado. El primer castigado por Zidane fue Benzema, que dejó su lugar a Morata. El canterano, una vez más, dejó en evidencia al francés al exprimir al máximo su estancia en el césped.

El ariete aprovechó un balón largo de Marcelo para sorprender a la zaga del Alavés, y a Pacheco, que poco pudo hacer ante la vaselina que colocaba el 1-3 y sentenciaba el duelo. Pudo acabarse antes la incertidumbre, pero Ronaldo erró un discutible penalti. El portugués, cuando el duelo tocaba a su fin, pudo resarcirse y hallar el hat-trick, tras aprovechar un balón muerto en el área. 

Alberto Puente

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