La Curva Nord se ha congregado este martes en los aledaños de Mestalla, en los minutos previos al duelo de octavos de final de Copa del Rey frente al Celta. El motivo, pedir a gritos el cese de Peter Lim ante la crisis deportiva que atraviesa el club. Ya en el campo, los goles del equipo celeste han motivado aún más las protestas. Quejas dirigidas a un hombre al que hace sólo dos años fue aclamado tras comprar el Valencia, sólo porque aterrizó con un puñado de billetes en el bolsillo.
Aclamado a su llegada
Hace poco más de dos años, Peter Lim aterrizó en Valencia como un héroe. Ni 100 millones de euros le costó al singapurense comprar uno de los clubes más emblemáticos de España, gracias a la crisis económica y deportiva que se había instaurado en el conjunto blanquinegro. Reconocido por poseer una importante fortuna, los aficionados chés se frotaron las manos con la posibilidad de ver a su equipo de nuevo arriba, tras una campaña (2013-14) en la que no consiguieron siquiera colarse en Europa.
Llegó en octubre, y en enero ya firmó la primera incorporación: Enzo Pérez. Una minucia, en comparación con las que realizó el siguiente verano, después de que el Valencia consiguiera finalizar en un meritorio cuarto puesto. Negredo, André Gomes, Santi Mina… Mucha compra, y algunas ventas significativas, como las de Cuadrado y Otamendi. Quién iba a imaginar por aquel entonces el calvario en el que se iba a sumir el Valencia.
Piden a gritos su adiós
Llegaron los malos resultados y emergió ese ambiente hostil en Mestalla, que Nuno fue incapaz de soportar. Así, el portugués, sólo un año después de sustituir a Pizzi, se despedía del club. Gary Neville tomó el relevo, pero no logró revertir la situación. Es más, hasta la fecha, ni Ayestarán, ni Prandelli, la última víctima de Lim, han conseguido que el Valencia retome ese nivel competitivo europeo que más relució en la etapa de Emery, otro al que le ‘llovieron palos’.
La inversión esperada nunca fue tal. A las altas, como Nani o Garay, siempre le han precedido ventas, como la de Gomes, Alcácer o Mustafi. Pero los resultados nunca han ayudado. Y el sucesivo y absurdo cambio en el banquillo, donde sólo Boro ha salido airoso, ha provocado que la afición ché cambie de foco las críticas, y mire hacia un Peter Lim que desde que llegó, no ha traído más que problemas. Desde Valencia apuntan a que el club es sólo un negocio más del multimillonario hombre de Singapur.
Antes del partido de Copa del Rey frente al Celta, la Curva Nord se ha congregado para solicitar la marcha del mayor dueño con pancartas de “Lim go home” (Lim vete a casa). La derrota, escrita ya en el descanso (0-3), ha provocado las numerosas protestas desde el estadio. Cómo han cambiado las cosas en Valencia, donde ahora gritan e insultan a ese hombre al que vitoreaban y aplaudían hace sólo dos años, por llegar con billetes en el bolsillo.
Alberto Puente