Thomas Partey está de moda en el club rojiblanco. El ghanés es pura raza y no se arrepentirá nunca de haber pedido la pelota de falta en el minuto 91. Ese balón parado que tanto daño había hecho al Atlético en las últimas jornadas. Bendito disparo, benditos minutos de 'extra time'.
Gabi fue el encargado de colocar ese balón a unos 20 metros de la portería. Allí estaba el capitán, preparado para lanzar la pelota desde fuera del área cuando apareció el joven Partey. «Mío, mío», le dijo. Fue suya. Suyo fue también el disparo, la colocación y la potencia que metieron ese balón hasta el fondo de las mallas. Nada pudo hacer Pantilimon. Como ante el Qarabag, como ante el Elche: un gol directo al corazón de los rojiblancos, que bien ha valido los tres puntos.
El Atlético salió con las ideas claras: necesitaba volver a la senda de la victoria. Así, el Cholo desplegó un centro del campo compuesto por cuatro jugadores: sin Koke, por lesión, pero con Gabi, Thomas, Saúl y Augusto. Fue este último el que comenzó pidiendo balón, moviéndolo y buscando ayudantes, pero poco le duró la alegría al equipo visitante.
Aparecieron entonces en Riazor las figuras de Fede Cartabia y Bakkali. Los balones pasaban por los dos extremos del Deportivo de La Coruña; suyo era el mando del partido, que poco a poco fue tiñéndose de blanco y azul. Menos mal para el Atleti que ninguno de ellos hizo peligrar el empate en el marcador.
No se vio al equipo del Cholo Simeone en la primera parte. Ni aunque fueran de amarillo – segunda equipación – fueron capaces de encontrarse los unos a los otros. Con Griezmann perdido por el verde y con Augusto incapaz de contener solo a los rivales, a punto estuvo Oblak de contagiarse de los errores. Se clavó el portero en una acción con los pies que por muy poco no acabó en las botas de Lucas Pérez.
A la vuelta de vestuarios el Cholo prescindió de Correa para dar entrada a Gaitán. El conjunto rojiblanco comenzó a despertar aunque no supo aprovechar varias ocasiones. La primera fue de Griezmann, a la que siguieron una volea de Gaitán, un remate de Thomas y un cabezazo de Godín. Ninguna para dentro. También lo intentaron los contrarios, pero nada.
El partido llegaba a su fin y a Simeone no le quedaba otra que cambiar. Y tanto que si lo hizo: Griezmann por Giménez, delantero por central, un cambio realmente extraño si lo que quieres es marcar. Pues al final le resultó.
A falta de Griezmann ahí estaban todos los demás, dispuestos a rematar de cabeza, con el pie o con lo que hiciera falta con tal de anotar el gol que les diera la victoria. Llegó en el minuto 91. Bendito tiempo de descuento. Apareció Thomas Partey cuando más se le necesitaba, como ante el Elche, como ante el Qarabag. Tres puntos que colocan al club rojiblanco tercero en la clasificación, a cuatro del Valencia.
Dos partidos seguidos marcando, los dos últimos goles del Atlético llevan la firma de Thomas. Cuatro tantos lleva en total, los mismos que Correa y más que Griezmann. Toma nota Cholo.
Marta Martín Gómez