La familia verdiblanca del Real Betis por fin ha visto la luz al final del túnel tras varios años en los que la desesperación, la impotencia y la tristeza se apoderaron de sus corazones por completo. El equipo de Heliópolis acabó la pasada temporada en la decimoquinta posición de la tabla con 39 puntos, ocho por encima del descenso. En este contexto, nadie podía pensar que el conjunto sevillano diera un giro de prácticamente 360 grados y estuviera a estas alturas del campeonato muy cerca de certificar el retorno a la Europa League cuatro años después.
Uno de los grandes artífices de este cambio radical ha sido Quique Setién. El técnico cántabro, que fue cuestionado en mitad del presente curso por los malos resultados cosechados, entre los que figura la eliminación de la Copa del Rey a manos del Cádiz, ha conseguido dar la vuelta a la situación y llevar a sus pupilos a los ansiados puestos europeos.
El beticismo se encuentra inmerso en un estado de máxima felicidad por la gran dinámica que atraviesa su equipo y es por ello que solo piensa en una cosa: Europa. El pasado jueves se pudieron ver en el Villamarín lágrimas de alegría y emoción en los rostros de algunos aficionados; unas lágrimas que reflejaron el sufrimiento de los últimos años, el éxtasis por el gol de Junior Firpo en el último suspiro y, sobre todo, el amor hacia unos colores: el verde y el blanco.
No es casualidad ver al cuadro sevillano en la parte alta de la tabla. Los de Setién han logrado seis victorias consecutivas que les han elevado a la quinta posición de la tabla. Todo comenzó en Mendizorroza, donde el Betis, que venía de caer en Mestalla ante el Valencia, se impuso por 1-3 al Deportivo Alavés gracias a un doblete de Loren Morón y a un tanto de Javi García. Desde entonces, el Betis ha cosechado cinco triunfos seguidos que le han permitido aventajar en siete puntos a su eterno rival, el Sevilla F.C., y olvidar las penas de tiempos anteriores.
A siete puntos de igualar el registro de Lorenzo Serra Ferrer
A estas alturas del campeonato (jornada 33), en la temporada 2004/2005 (la mejor del club sevillano en los últimos catorce años), el Betis había logrado 51 puntos y ocupaba la séptima posición. Con la victoria del pasado jueves ante Las Palmas de Paco Jémez, los verdiblancos son quintos con 55. En aquel curso, en el que los de Heliópolis acabaron cuartos y ganaron la Copa del Rey en el Vicente Calderón, sumaron un total de 62 puntos en la competición doméstica y se quedaron a tan solo tres del Villarreal de Manuel Pellegrini, que acabó tercero por detrás de Barcelona y Real Madrid.
El Betis, liderado por el ‘mago’ brasileño Ricardo Oliveira, eliminó al Mónaco en la previa de la Champions por un global de 3-2 y se convirtió en el primer equipo andaluz en disputar la máxima competición continental con el nuevo formato. A pesar de que los de Setién tienen muy complicado obtener billete para la próxima edición de este torneo por los diez puntos que les separan del Valencia, las matemáticas invitan al optimismo. Tan solo quedan quince puntos en juego y en el fútbol, como todos sabemos, todo es posible. Lo más importante es que tanto el equipo como la afición han recuperado lo que más necesitaban: la sonrisa y la ilusión.
David Batalla Bernabeu