En una mañana cargada de tensiones, la Guardia Civil se ha presentado en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, lugar que alberga la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), iniciando así un nuevo capítulo en una investigación en curso.
El foco de este procedimiento es recabar información de los pagos realizados por el FC Barcelona a José María Enríquez Negreira, quien previamente se desempeñó como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). Estos actos inquisitivos fueron ordenados por el juez instructor del caso, Joaquín Aguirre, del Juzgado de Instrucción nº1 de Barcelona, cuyo interés radica en examinar detalladamente las actas de las reuniones del CTA, especialmente aquellas en las que se evaluaban las actuaciones de los árbitros de las divisiones Primera y Segunda.
En el marco de una investigación más amplia, este aspecto particular del caso busca pruebas que puedan corroborar si los pagos del Barça a Negreira eran, en efecto, una estrategia para inducir una «corrupción sistémica«, favoreciendo de manera ilícita a los árbitros que se alineaban con los intereses del equipo catalán mediante promociones o asignaciones a partidos de renombre internacional.
El juez Aguirre, crítico sobre la situación, sostiene que “se presume por pura lógica que el FC Barcelona no pagaría al vicepresidente Negreira en torno a siete millones de euros desde el año 2001 si no le beneficiara». Si estas presunciones fueran confirmadas, los equipos que han competido contra el FC Barcelona en esos años, como el Real Madrid, podrían ser «admitidos como ofendidos por el delito», permitiendo así su participación activa en el proceso judicial en curso.
La revisión detallada de las actas de reuniones del CTA es fundamental para entender el contexto en el cual Negreira admitió haberse reunido con los miembros del comité para evaluar a los colegiados. En una confesión reveladora, Negreira declaró que los pagos efectuados por el Barça buscaban garantizar que los arbitrajes fueran «neutrales».
Este nuevo episodio en la saga judicial pone el foco en las prácticas de los equipos de fútbol y sus posibles manipulaciones en los partidos, generando un ambiente de escepticismo y dudas sobre la legitimidad de los resultados.
La magnitud de esta investigación, que irónicamente busca preservar la «neutralidad» en el deporte, ha resaltado las sombras que, en apariencia, se ciernen sobre la liga española, y podría tener repercusiones significativas en la reputación y la valoración de uno de los clubes más prestigiosos del mundo, el FC Barcelona.