La Real Federación Española de Fútbol —RFEF— continúa con los despidos para renovar su imagen después de todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas con Luis Rubiales. El último ha sido Pablo García Calvo, director de Comunicación, después de que en los últimos días también hayan sido cesados de su cargo otros trabajadores de diferentes áreas.
A la salida de Jorge Vilda a principios de septiembre, se le han ido sumando muchas otras destituciones. El primero fue Andreu Camps —secretario general de la RFEF—, después Miguel García Caba —responsable del área de integridad— y el úlimo ha sido Pablo García Calvo —director de comunicación—. Todos estos nombres estaban entre los ‘señalados’ por las jugadoras de la Selección Española que pedían cambios en el organigrama del fútbol femenino y de la Federación.
El Departamento de Comunicación de la RFEF ha sido uno de los más cuestionados desde el principio. Su responsable, ahora cesado, fue el encargado de difundir unas supuestas declaraciones de Jenni Hermoso que ella nunca pronunció. También desde su departamento se elaboró el famoso vídeo de Rubiales disculpándose en Doha que después la RFEF retiró por no tener sentido alguno.
Es más, Patricia Pérez —jefa de prensa de la Selección Española— situó a García Cuervo como el responsable de redactar las palabras que Hermoso nunca pronunció. Además, ella misma ha declarado que se sintió coaccionada también por el Departamento de Integridad de la Federación.
El cese del director de comunicación era una de las exigencias de las futbolistas. Ahora bien, hay otros cargos que están en la cuerda floja: Rubén Rivera —director de marketing de la RFEF— y Albert Luque —director de la Selección Española masculina—. Ambos, presuntamente, viajaron a Ibiza para presionar a Jenni y tendrán que declarar el próximo 10 de octubre junto a Vilda. Es muy probable que en los próximos días se anuncien nuevas salidas.
¿A quién más ha cesado la RFEF?
Pedro Rocha se definió a sí mismo como el responsable de ejecutar la renovación en la RFEF que pidieron las futbolistas y desde el primer momento rechazó presentar su dimisión. Su compromiso con las jugadoras quedó sellado con el ya famoso ‘Pacto de Oliva’ que ha traído una cola de despidos.
Andreu Camps fue el primero de una larga lista. Ejercía el cargo de secretario general y durante mucho tiempo fue la mano derecha de Luis Rubiales, por lo que no tiene cabida en el nuevo proyecto de la RFEF. Es más, hay quien le definía como «el cerebro de la Federación» y uno de los artífices del malestar entre las jugadoras y la RFEF. Nunca dio su brazo a torcer en las negociaciones.
El segundo fue Miguel García Caba, director de Integridad de la RFEF. Se encargó de escribir un informe sobre el beso no consentido de Rubiales a Hermoso en la final del Mundial y se atrevió a afirmar que «no existió conducta que invite a concluir que se forzó, violó o agredió». Después, Patricia Pérez confesó que García Caba la había presionado para firmar un documento con las supuestas declaraciones de Jenni.