La cordillera de los Cárpatos es la cadena montañosa situada más al este del continente europeo, antes de recorrer los tres mil kilómetros que nos separan de los lejanos montes Urales, que marcan en teoría la frontera natural entre Europa y Asia.
Los Cárpatos comienzan en los escarpados montes Tatra, en la parte sur de Polonia y terminan en unas suaves estribaciones que son actualmente frontera entre Moldavia Rumania y Ucrania. Cuyas fronteras administrativas son relativamente modernas, siendo fruto de la agitación política que sufrió el continente europeo durante la primera mitad del siglo pasado.
Aunque realmente gran parte de los Cárpatos forman la espina dorsal de la histórica región de Bucovina, la cual riegan y alimentan por ambas vertientes con infinitos cursos de agua por igual.
La Bucovina, cuyo nombre quiere decir más o menos región de las Hayas en lengua germana, nos puede dar una idea de de la cantidad de estos árboles que poblaban y aun pueblan esta hermosa y fértil región.
Todos los Cárpatos están surcados por innumerables pistas y caminos que pasan de una vertiente a otra sin importarles mucho las actuales fronteras. Ninguno de los dos países (Ucrania y Rumania) hacen excesivo caso a estos pequeños pasos fronterizos y apenas hay algún aburrido soldado que nos pregunta al salir de Ucrania, si llevamos tabaco, porque que allí cuesta menos de la mitad que en Rumania y es un excelente negocio para los ucranianos.
Para los aficionados a las excursiones en Todo terreno o simplemente para los asiduos a los paseos campestres, los Cárpatos ofrecen un paisaje excepcional y una red de caminos que nos permite sin muchas dificultades recorrer gran parte de ellos a bordo de un TT.
Nosotros tuvimos la oportunidad de hacerlo a pesar del abundante barro que había en esos momentos, en un 4×4 que por suerte estaba equipado con unos excelentes neumáticos BF Goodrich concretamente con la versión A/T Tako, que a pesar de no ser específicos para barro tuvieron un comportamiento más que adecuado para tratarse de unos neumáticos mixtos, que también ofrecen en asfalto un comportamiento de toda garantía, permitiendo recorrer grandes tramos de autopista sin excesiva rumorosidad y además con un desgaste mínimo, bastante inferior a casi todos los neumáticos de su tipo.
Hemos recorrido unos 500 km de pistas y caminos de tierra con condiciones muy diferentes y otros tantos de asfalto que en la mayoría de los casos tiene un firme bastante peor y sobre todo más peligroso por los terribles baches y el tráfico ciertamente caótico cerca de las ciudades.
Comenzamos el recorrido en los Cárpatos Ucranianos no muy lejos de la frontera con Hungría, en la región que pertenece al Oblast (provincia) de Zakarpatska, lugar que perteneció muchos años al Imperio Austrohúngaro, lo que evidentemente se nota en la arquitectura de sus ciudades y en el carácter de sus gentes. Mucho menos soviéticas que en el centro del país.
En esta zona también se encuentran algunas pequeñas, pero muy acogedoras estaciones de esquí. A partir de aquí los Cárpatos describen una suave curva encaminándose hacia el Suroeste, adentrándose en el Oblast de Chernivetska cuya capital es Chernivtci que antaño fue también llamada la pequeña Viena por estar como toda la Bucovina tutelada por el imperio Austrohúngaro.
Algo que falta en la zona son los pequeños hoteles de montaña muy comunes en Polonia, aunque según va llegando el turismo comienzan a aparecer cerca de las poblaciones alojamientos modernos y confortables pero sobretodo muy baratos para a lo que nosotros estamos acostumbrados.
El camino se sucede en un subir y bajar constante, atravesando infinitos ríos y riachuelos en los que las crecidas han destruido los puentes. La fauna es muy rica contando aun con osos, lobos y bisontes, estos últimos muy protegidos y casi domésticos, viven refugiados en los parques nacionales.
Según transcurre el camino hacia el sureste, la orografía se va haciendo más afable, dejando paso las alturas elevadas a suaves colinas y fértiles valles con pequeñas praderas entre los profundos bosques de hayas.
Precisamente una de sus principales riquezas de esta zona es la recogida de setas de excelente calidad, encontrándose entre la primavera y el otoño en cantidades ingentes, vendiéndolas los campesinos en mercados improvisados o simplemente al borde de las carreteras.
Llama la atención en los bajos Cárpatos la cantidad de mesas y bancos de madera repartidos al borde de los caminos, cada uno con su correspondiente barbacoa, donde excursionistas, pescadores y recolectores de setas reponen fuerzas antes de volver a casa.
Las rutas por esta zona están totalmente exentas de riesgo y aparte de cualquier pequeño incidente solucionado en la mayoría de los casos sobre la marcha, todos los caminos están bastante concurridos mientras no sea puro invierno o haya comenzado el deshilo de la primavera que los hace totalmente intransitables.
Esta zona de Europa ofrece una tranquilidad asegurada, unos precios muy bajos y mucha mucha naturaleza, que cuidan muy bien los habitantes de las infinitas aldeas que lo pueblan.
Existe la posibilidad de alquilar coches de todo terreno tanto en Ucrania como en Rumania y Polonia o contratar viajes organizados in situ. No solo para realizar excursiones en TT tambien BTT, senderismo y rafting.