Desde que Michael Schumacher sufriera un accidente esquiando el pasado 29 de diciembre, su vida se ha convertido en una historia que ni si quiera los mejores escritores de novela negra serían capaces de imaginar. El piloto salió hace un mes y medio del coma, pero todavía sigue luchando para recuperar la normalidad en la medida de lo posible.
Parece que la familia empieza a sonreír y que todas las noticias que llegan sobre su evolución son buenas. El heptacampeón mejora de forma lenta, pero constante, y ya se comunica por medio de los parpadeos, aunque la prensa sensacionalista de su país siempre encuentra noticias morbosas para llenar páginas con el caso.
Los allegados del piloto decidieron llevarle a una clínica en Suiza, para evitar las miradas indiscretas que sufrían en el hospital de Grenoble, pero el traslado terminó desembocando en un suceso trágico. Su expediente médico desapareció en el helicóptero que le llevó de un centro médico a otro y la entidad encargada (la Rega, la guardia área de salvamento suizo), se quedó en el ojo del huracán.
Por eso, la policía se puso a rastrear las direcciones IP de la empresa y el rastro les llevó hasta un funcionario que fue detenido este martes. Además, la Fiscalía de Zúrich había abierto una investigación contra esta persona por violación del secreto debido, tras recibir una comisión rogatoria de las autoridades francesas.
Sin embargo, la estancia del sospechoso entre rejas ha sido breve. Este miércoles ha aparecido muerto en su celda. En cualquier caso, las primeras investigaciones señalan que ninguna otra persona intervino en la muerte y todo apunta al suicidio.