El duelo entre Mercedes, absoluto dominador del Mundial en los últimos tiempo, y Ferrari, que logró desbancar a su rival en Malasia con Sebastian Vettel, centra la atención del Gran Premio de China, donde Fernando Alonso (McLaren) espera seguir acumulando kilómetros en un circuito poco propicio para el MP4-30, Carlos Sainz (Toro Rosso) aspira a puntuar de nuevo y Roberto Merhi (Manor) quiere volver a ver la bandera a cuadros.
Tras ausentarse en Australia, el piloto español debutó oficialmente esta temporada en Sepang, pero apenas pudo rodar 22 vueltas antes de que llegara por radio el mensaje que no quería escuchar, en el que su equipo le anunciaba que debía volver a 'boxes' por culpa de una avería mecánica.
Partiendo decimoctavo en la parrilla, Alonso llegó a rodar octavo en aquella carrera, un ascenso que ilustró «los pasos muy impresionantes» que su equipo dio tras el desastre inicial en Melbourne Park, según dijo el propio piloto. Sin embargo, todas las voces autorizadas de McLaren se han apresurado a avisar de que volverán a sufrir en las dos próximas citas en Shanghai y Bahrein (19 abril).
«Estamos completamente avisados de que las dos próximas carreras probablemente no mostrarán el mismo promedio de mejora que vimos en Sepang», advirtió Eric Boullier en su llegada al circuito chino, donde será casi imposible que el piloto asturiano repita sus victorias con Renault (2005) y Ferrari (2013).
«No creo que nuestro coche se adapte tan bien aquí como en Malasia, sobre todo si el clima es tan frío y ventoso como suele ser al principio de la primavera en Shanghai», reconoció Alonso, quien no deja de traslucir optimismo y confianza a largo plazo en las nuevas unidades de potencia Honda, pese a los continuas dificultades en este inicio de temporada.
En cuanto a los candidatos a la victoria, la pelea se ha salpimentado considerablemente con la 'resurrección' de Ferrari en Sepang, donde la fortaleza del 'SF15-T' y una magistral táctica de carrera por parte de la 'Scuderia' apartó de la victoria a Mercedes, algo que no ocurría desde el pasado mes de agosto, cuando Daniel Ricciardo (Red Bull) ganó en Bélgica.
«Salimos de Malasia con mucho que pensar. Puede que fuera un buen resultado para el deporte, pero para nosotros fue un toque de atención», ha reconocido el máximo responsable de las 'flechas plateadas', Toto Wolff, quien quizá barruntaba otra temporada arrolladora tras el cómodo doblete cosechado en Australia.
En cualquier caso, Lewis Hamilton se mantiene al frente del Mundial con tres puntos de renta sobre Vettel y diez sobre Nico Rosberg, antes de un circuito que se prevé menos exigente para los neumáticos -en comparación con el calor abrasador de Malasia- y, por lo tanto, más favorable para la escudería que sigue disponiendo de la mejor combinación entre chasis y unidad de potencia. «Esta vez vamos a ser más fuertes», ha avanzado el vigente campeón mundial.
Por su parte, otros dos equipos de la zona noble esperan vivir un fin de semana más positivo después de dos carreras que expusieron sus limitaciones. Williams pensaba disputar con Ferrari el segundo lugar del campeonato de constructores, pero fue superado por Vettel en las dos primeras carreras, mientras que Red Bull se ha empantanado en una disputa pública con Renault y fue incapaz de ratificar durante la carrera una gran sesión de clasificación en Malasia.
En cuanto al resto de la representación española, Sainz tratará de seguir reafirmándose en la categoría logrando puntos por tercera vez, tras finalizar noveno y octavo en las dos pruebas iniciales, mientras que Merhi quiere seguir cogiendo experiencia después de ver su primera bandera a cuadros en Malasia.