El último cambio radical en el reglamento de la Fórmula 1 todavía sigue dando mucho que hablar. Mercedes se adaptó mejor que nadie a las nuevas reglas y eso generó una competición tremendamente desigualada, con coches poco sonoros y con pocos alicientes para el espectador. Los deportes de motor nunca han sido del todo justos porque también sirven para que la tecnología evolucione, pero lo de la Fórmula 1 de los últimos años deja de tener un mínimo aliciente de competición.
Red Bull no para de quejarse de que las normas se cambiaron para quitarles la supremacía que tenían con las anteriores. Las victorias se deciden desde los despachos y eso hace que la competición pierda interés. Muchos equipos piden otra revolución para 2017, pero a nadie se le escapa que las nuevas normas siempre serán más favorecedoras para unas marcas que para otras.
Los motores están en el centro de la polémica ahora, pero en el pasado ya se cambió varias veces la reglamentación para perjudicar a los mejores. Sin embargo, el expresidente de la FIA, Max Mosley, lo tiene claro: este problema se acabaría con un reglamento totalmente libre que estableciera un límite presupuestario.
En cambio, Mosley tampoco cree que el tema del presupuesto se convierta en una barrera para los principales equipos. «Podría imaginar que muchos equipos estarían pronto en el objetivo presupuestario marcado. Así es como se darían cuenta de que con 100 millones de dólares pueden tener una gran competición de motor y construir coches técnicamente muy avanzados«, declaró a Auto Motor und Sport, zanjando de esta forma el debate entre los V8 y los V6.
Asimismo, lo lógico es que con una mayor libertad, más fabricantes importantes se interesen en participar en la Fórmula 1. Audi lleva tiempo a la expectativa y su entrada mejoraría considerablemente el valor de las carreras. Hace tiempo que las 24 horas de Le Mans empiezan a ganarle la partida al gran circo por este tipo de cuestiones.
Además, la jefa del equipo Sauber, Monisha Kalterborn, ha apuntado que en los futuros cambios hay que tener mucho más en cuenta la visión del aficionado. «No importa lo que pienses sobre el sonido de los motores, hay que coger las cuestiones planteadas por los fans – y si hay opción de cambiarlo – ver lo que quieren y si se puede hacer».