Pase lo que pase de aquí a final de temporada, se puede afirmar, sin ningún miedo a equivocarse, que la temporada 2015 será recordada como un auténtico fracaso para McLaren-Honda. El próximo 24 de julio llega el décimo Gran Premio de la temporada. La temporada consta de 19 carreras, por lo que en Hungría se cumple el ecuador del campeonato y los milagros ya se hacen verdaderamente imposibles.
McLaren-Honda es el segundo peor equipo de la temporada y no hay ninguna señal objetiva que indique que vaya a dejar de serlo. Toro Rosso tiene 14 puntos más en la clasificación general, una distancia insalvable en la ‘división’ en la que juegan.
Asimismo, el punto que consiguió Alonso en Silverstone no sirve de consuelo, puesto que solo llegó a estar entre los diez primeros por el carrusel de abandonos. Sin embargo, parece que el coche va mejorando en fiabilidad y al menos conseguirán acabar las carreras en la última fase del Campeonato.
En cualquier caso, con el reglamento actual, no se llega al final de temporada entre los últimos y se consigue luchar por el podio nada más empezar el curso siguiente. McLaren y Alonso saben que su travesía por el desierto durará al menos un año más, pero en Honda siguen empeñados en pensar que un día descubrirán la pólvora y conseguirán que el coche vuele de la nada.
El jefe del fabricante japonés, Yasuhisa Arai, está empeñado en innovar, pero lo hace a costa de las normas básicas que han tenido éxito en otros coches. “Si hacemos lo mismo que Mercedes, sólo les alcanzaremos”, dijo en su última comparecencia ante los medios.
Además, Arai todavía sigue fantaseando con la posibilidad de llegar al podio y habla de las bondades de su motor, algo que nadie termina de ver. “Nos quedan aún siete tokens, por lo que vamos a utilizarlos en esta segunda mitad de la temporada tras el final del verano. Vamos a sustituir muchas partes para mejorar la potencia, así que tenemos un buen plan y un buen sistema. Y creo que podemos alcanzar los objetivos esta temporada. Ya lo hemos compartido con nuestro equipo. Los dos pilotos conocen nuestro plan y confían en nosotros”, señaló.
Dos concepciones completamente diferentes de trabajo
Sin embargo, Alonso estaría encantado con tener lo mismo que Mercedes y que pudiera demostrar que en igualdad de condiciones puede superar a Hamilton. En cualquier caso, el asturiano no pierde la calma porque confían en que en la lucha de egos entre McLaren y Honda termine imponiéndose la lógica.
De hecho, desde hace algunas semanas, el jefe de los de Woking, Eric Boullier, se ha puesto duro y ha desterrado para siempre el discurso optimista para ponerse a presionar a la otra parte de la alianza. «Necesitamos olvidar toda esta mierda. Esto es F1. Son carreras. Si estás en la F1, tienes que hacer las cosas a la manera de la F1, lo que es normal en F1. Nada más», declaró en una entrevista concedida a Motorsport.
Por eso, no tiene ningún problema a la hora de admitir que ha incrementado la presión sobre Honda de una forma «masiva» porque necesitan obtener resultados a corto plazo. Boullier quiere que los japoneses se dejen de inventos y hagan un trabajo funcional.
El jefe del equipo McLaren quiere que Honda tenga en cuenta las opiniones de los británicos para hacer un motor más convencional que pueda competir con normalidad. Piensan que lo mejor es tener una buena base para ir acoplándoles les avances más novedosos creados por la marca nipona, pero Honda está empeñada en inventarlo absolutamente todo. “Tenemos mucha experiencia que podemos compartir con ellos, que intentamos compartir con ellos. Es cosa suya escucharnos y usarla o no. Nuestra experiencia es un poco un empuje. No fabricamos motores. Eso es cosa de Honda, es su responsabilidad, pero hasta donde podamos ayudar, siempre ayudaremos, porque somos un equipo», apuntó el francés.
Pese a todo, el jefe de McLaren no ve a su equipo desesperado. «No creo que haya una frustración pública, se trata de hacer preguntas cada vez más precisas porque es obvio que nos falta la mayoría del rendimiento. Tenemos que responder a eso. No creo que estemos frustrados, solo estamos diciendo lo que pasa».