Fernando Alonso tomó la salida en el Gran Premio de México, pero se fue a boxes antes de completar la primera vuelta. El asturiano superó a varios pilotos en una buena salida, pero cuando llegó a las marchas largas su coche se quedó sin potencia.
Además, por lo que dijo por radio antes de aparcar su monoplaza, los frenos del McLaren tampoco estaban muy bien ajustados. Sin embargo, el asunto no cogió de sorpresa al bicampeón del mundo, puesto que el problema surgió a lo largo del sábado y no se pudo resolver antes de llegar a la carrera.
“Tenía un problema con el motor eléctrico desde ayer. No había tiempo para cambiarlo. Por respeto a los aficionados he decidido salir a dar una vuelta. Hemos ganado varias posiciones en la salida, pero nos hemos quedado sin potencia a los pocos metros”, declaró el ovetense, poco después del incidente en un fin de semana en el que Button también pasó muchísimas dificultades y no pudo calificar.
Alonso salió a dar la cara solo unos minutos después porque ya tenía muy claro lo que tenía que decir. El incidente no le pilló en caliente y pudo morderse la lengua antes de hablar con los medios. Igualmente, Fernando se retiró al Hospitality de McLaren para dar parte a los ingenieros de lo sucedido visiblemente enfadado.