A falta de dos carreras para el final del Mundial de Fórmula 1, todo el pescado está vendido tras el Gran Premio de México. El triunfo de Rosberg en una carrera en la que prácticamente no cometió ni un error deja el subcampeonato prácticamente decidido, por lo que solo quedan por librarse batallas menores en Brasil y Abu Dabi.
Finalmente, el ímpetu de Ferrari no sirvió para superar a ninguno de los dos Mercedes en la clasificación general y se puede decir que el Campeonato terminará como empezó. Mercedes es insuperable, Ferrari tiene licencia para sorprender en alguna carrera aislada y McLaren es un desastre con pocos precedentes.
En esta carrera, Alonso salió a la pista consciente de que se tendría que retirar porque su coche no estaba para competir. Además, Button se arrastró por la pista y solo fue capaz de superar a los Manor. De hecho, el Toro Rosso demostró que está muy por encima de los McLaren en un adelantamiento de Carlos Sainz en el que el piloto británico solo pudo apartarse.
La primera vuelta en el Hermanos Rodríguez concentró gran parte de la emoción de toda la carrera. Fernando Alonso ganó varias posiciones en su salida, pero se tuvo que retirar porque se quedó sin potencia a los pocos metros. Asimismo, el Ferrari de Vettel no arrancó demasiado bien y Kvyat le superó por el interior en la primera curva.
Ricciardo también se intentó colar, pero los dos monoplazas se tocaron y el tetracampeón del mundo sufrió un pinchazo, por el que tuvo que pasar por boxes en el primer giro. A partir de ahí, Vettel comenzó su particular viacrucis, en el que firmó varias curvas en las que entró muy pasado y un trompo que le hizo perder varias posiciones.
Vettel no tuvo su tarde
Por todo eso, la carrera se convirtió en un auténtico paseo para los Mercedes, aunque Hamilton no mostraba mucho interés por molestar a su compañero de equipo. Carlos Sainz ganaba varias posiciones con su estrategia diferente de paradas, pero veía como el ídolo local, ‘Checo’ Pérez, le recuperaba el sitio poco después de superarle.
Además, Raikkonen también dijo adiós a la carrera de forma prematura por un choque con Bottas que no tuvo consecuencias en el Williams. Las chispas saltaron por segunda vez entre los pilotos finlandeses, aunque esta vez no fue el más joven el que pagó las consecuencias.
Sin embargo, más allá de los incidentes, el nuevo circuito del Mundial decepcionaba más a cada vuelta que pasaba y regalaba una de las carreras más aburridas del año. Los Red Bull ponían la nota positiva al comportarse a la perfección en un circuito en el que el motor es lo más importante, pero pasado el ecuador de la prueba los Mercedes y Vettel le pusieron todo el picante.
El equipo de las ‘flechas plateadas’ mandó a boxes a sus dos pilotos para curarse en salud por la degradación en las últimas vueltas. Rosberg paró sin rechistar, pero Hamilton no estuvo conforme con las órdenes de su equipo y se resistió por radio durante una vuelta a hacer caso a los suyos. Finalmente cedió, pero volvió a la pista con el cuchillo entre los dientes para recuperar tiempo a Rosberg a base de vueltas rápidas.
Además, Vettel se salió de la pista en el mismo sitio que firmó el trompo en la primera fase de la carrera y el coche de seguridad tuvo que entrar en la pista para retirar su monoplaza. La mayoría de los coches aprovecharon la ocasión para pasar por boxes y cuando la carrera se reanudó el campeón del mundo no logró superar a Rosberg, pero Bottas sí le comió el terreno a Kvyat.
Finalmente, Hamilton recuperó terreno con su compañero de garaje, llegó a presionarle mínimamente, pero nunca estuvo en condiciones de adelantarle. Por su parte, Carlos Sainz se salió de la pista en el momento más inoportuno y terminó la carrera muy lejos de los puntos.