La temporada ha concluido, pero las escuderías ya trabajan de cara al próximo curso que arrancará en el Gran Premio de Australia. McLaren, tras el desastre de este año, es una de las que más debe de mejorar para presentar batalla en el siguiente Campeonato. El principal problema del equipo británico este año ha sido el motor, algo que no se repetirá en 2016, según ha manifestado a Speedweek Yasuhisa Arai, máximo dirigente de Honda: “Conocemos las debilidades del motor y estarán solucionadas en Melbourne”.
En verdad, las carencias fueron encontradas a mitad de temporada pero, según explicó Arai, no han podido solucionarlas durante el año: “El problema es la experiencia, necesitamos más actividad sobre la pista”. “Será un motor completamente nuevo, ahora está en desarrollo. Está diseñado y las pruebas han empezado”, prosiguió. También preparan ya un nuevo turbocompresor para 2016, del que dependerá el motor. Y no es lo único que McLaren planea modificar: “Cambiaremos la mayor parte del coche”, ha confesado Eric Boullier, jefe de la escudería.
En Mercedes el debate gira en torno a la tensión que existe entre sus pilotos. El ejemplo más claro se produjo tras la conclusión del Gran Premio de Estados Unidos, en el que Lewis Hamilton se coronó campeón del mundo. El británico lanzó la gorra del segundo clasificado a Nico Rosberg, que se la devolvió con un enfado considerable. Pero durante toda la temporada han mantenido una relación fría y distante, que no se han esforzado en esconder. Que sólo ellos gozaran de opciones reales a conquistar el Campeonato ha magnificado la complicada situación.
Esto no le ha gustado a Toto Wolff, jefe del equipo, que declaró lo siguiente en una entrevista en Motorsport.com: “Luchamos para ganar carreras los domingos y siempre tenemos a un piloto descontento. Esto se nota en el equipo, es algo que tiene que cambiar”. El austriaco admite que quisieron unir dos grandes pilotos para “hacer progresar más rápido el equipo”, pero que si la situación actual se mantiene tendrán que “tomar una decisión, en cuanto a la alineación de los pilotos en el futuro”.
Rosberg aún tiene contrato hasta 2016, y Hamilton a principios de año amplió el suyo tres años, hasta 2018. Pero podrían producirse cambios si la situación no cambia. Y es que, para Wolff, “la dinámica de la relación entre los pilotos y, a veces, entre los pilotos y el equipo, es la mayor debilidad”.