El equipo Toro Rosso tiene muchas dificultades para controlar los egos de sus pilotos. Carlos Sainz tiene 21 años y no le gusta que su compañero de 19 años le supere, pero el principal problema está en que el imberbe holandés se cree que en el equipo corren solo para él.
El año pasado el hijo del mítico piloto de rallies español ya aceptó varias veces órdenes de equipo para dejarse adelantar, pero Verstappen se negó a que Sainz le rebasase por las buenas cuando el madrileño venía con mucho más ritmo por detrás. Sin embargo, el verdadero problema surgió cuando en la escuela de conductores de Red Bull aplaudieron esa actitud y no le echaron ninguna bronca al piloto por desobedecer a todo el mundo.
Verstappen se sintió entonces el centro del universo y este domingo ha vuelto a demostrar que no tiene la humildad propia de un recién llegado. «¡Los demás coches se van y vosotros no me dejáis pasar a Sainz, esto es una jodida broma!», gritó por radio cuando se dio cuenta de que su equipo no atendía a sus peticiones. Querían que ordenasen a su compañero de equipo que se dejase adelantar una vez más y finalmente perdió los nervios, se llegó a tocar con el coche de Sainz y arregló la situación con un trompo.
Toro Rosso solo ordenó a Sainz que apretara más para intentar adelantar a sus rivales, algo que tampoco sentó nada bien al amigo de Alonso. En cambio, los jefes no dejaron pasar a Verstappen porque sabían que Carlos hacía un buen trabajo y si no podía adelantar era por culpa de la poca velocidad punta que tiene el monoplaza con motor Ferrari del año pasado.
Sainz se lo toma con filosofía
Además, Verstappen no recapacitó tras el fin de su la carrera y envió varios mensajes a los suyos a través de la prensa. “No estoy contento, el coche estaba para más. Hubo mala comunicación con el equipo. Mi estrategia ya estaba destruida por el mal 'pit stop' que tuvimos antes de intentar adelantar».
Por su parte, Sainz prefirió tomarse el tema con sentido del humor ante los micrófonos de Movistar. «¿Se ha quejado mucho? (Risas). Cuando llevas gente con más velocidad punta que tú y DRS es muy difícil adelantar. Y eso que no he parado de adelantar durante toda la carrera», apuntó para quitarle hierro al asunto, aunque se pudo ver a su progenitor comentar el tema con Fernando Alonso en un tono muy indignado.
Finalmente, el piloto prefirió hacer una lectura constructiva de todo lo que le ha ocurrido este fin de semana. «Carrera muy loca en la que todo podía haber salido perfecto o mal. Salieron algunas cosas bien y otras no. Al final novenos que pudo haber sido más».