La decisión de Mick Schumacher de mantenerse un curso más en la F4 ha resultado acertada. El piloto alemán se ha proclamado subcampeón, y ahora se encuentra en Nurburgring, donde rodará dos días con el equipo PREMA, para preparar su salto a la F3. Si mantiene su progresión, en dos años podría consumar su salto al ‘gran circo’. Ahí, equipos que ya tuvieron en las filas a su padre, ya le han hecho un guiño de cara al futuro.
Inicios irregulares
Lejos queda la etapa inicial de Mick en el Open RACC que se celebra en España, cuando apenas tenía ocho años y lucía el apellido de su madre: Betsch. Por aquel entonces ya despuntaba bajo el mando de Genís Marcó, hombre que también trabajó en el pasado con Fernando Alonso y Carlos Sainz. Los siguientes años presentaron cierta complejidad para el alemán, que no obstante prosiguió su evolución, proclamándose campeón del mundo en karting en categoría KF junior en 2014, ya bajo el pseudónimo de Schumacher.
En 2015 dio el salto a la Fórmula 4, donde un tempranero triunfo le hizo acaparar todos los focos. Sin embargo, hasta final de año, mostró una irregularidad que le impidió atreverse a dar el salto a la Fórmula 3. «Hemos optado deliberadamente por hacer otro año de F4 para no apresurarnos y que su aprendizaje sea lo más profundo posible. Con vistas al futuro, esto es importante. No debemos olvidar que Mick está todavía aprendiendo», comentó Sabine Kehm, su representante.
Salto a la F3
Una decisión acertada, si nos atenemos a lo que ha sucedido este año, donde ha mostrado la constancia que se le exigía hasta firmar una meritoria segunda plaza. Ahora sí se vislumbra más claramente su ascenso a la F3, la antesala de la Fórmula 1. Más, tras conocer la información de Autosport, que ha desvelado que el joven alemán se encuentra actualmente en el trazado de Nurburgring, donde durante dos días realizará un Test con el equipo PREMA.
La F3 presenta algunas dudas, ya no que es igual de competitiva que las World Series, donde Carlos Sainz se proclamó campeón y obtuvo el billete para pilotar en Toro Rosso. Sin embargo, hay precedentes que hacen presagiar que la F3 es lo suficientemente dura como para preparar el asalto al ‘gran circo’. Buena cuenta de ello da Max Verstappen, que dos años después de finalizar tercero en esta competición, ya se ha convertido en el piloto más joven de la historia en ganar un Gran Premio, y milita en una escudería, Red Bull, que aspira a conquistar el Mundial.
Mercedes y Ferrari, pendientes
Si Mick mantiene su evolución progresiva, lo más normal es que pueda llegar a la Fórmula 1 para 2019. No obstante, en los dos próximos años hará frente al tramo más decisivo de su trayectoria, donde las escuderías andarán muy pendiente de sus resultados para ofrecerle un volante. Aunque para el alemán, eso no parece un problema. Su apellido, y los méritos que ha hecho últimamente, le colocan en las quinielas para adquirir un asiento.
Es más, el pasado curso Ferrari y Mercedes le hicieron un guiño. El equipo italiano le invitó a Maranello para conocer a los amigos de su padre, y aprovechó para rodar en Monza bajo la mirada del jefe de la Driver Academy. Mercedes le llamó para que acudiera al festejo del Mundial de constructores de la pasada temporada, por la estrecha vinculación que también tenía con ellos su padre.
Alberto Puente