En unas fechas en las que el deporte se vincula directamente a la polémica, la Fórmula 1 ha dado un paso al frente para acabar con este enlace. Este jueves, en la rueda de prensa previa al Gran Premio de Brasil, Charlie Whiting se ha unido junto al resto de pilotos para argumentar, el por qué unos fueron sancionados en México hace quince días, y otros salieron impunes. Un ejemplo de cara a otras disciplinas como el fútbol, donde el colegiado pasa a un segundo plano tras el encuentro.
La Fórmula 1 no atraviesa su momento más álgido. Hasta los propios pilotos, conscientes, lo reconocen abiertamente. El último ha sido Fernando Alonso, que ha incidido recientemente en que el modelo actual resta interés y repercusión: “Hay varios motivos. Principalmente, el dominio de Mercedes resta emoción. La entrada del motor turbo le ha quitado el sonido característico a los coches. Y, además, la Fórmula 1 actual es una 'competición de ahorro': tenemos que ahorrar neumáticos, gasolina y baterías».
Sin embargo, no todo es malo en el ‘gran circo’. Este jueves, en la previa al Gran Premio de Brasil que puede resultar decisivo en el Mundial, y donde se espera una carrera agitada por la lluvia, los pilotos se han reunido con Charlie Whiting. El Director de Carrera comentó ante todos en una reunión, el por qué Verstappen había sido sancionado en México, mientras que Hamilton, en una situación similar, había salido impune.
“La diferencia es que Lewis levantó el pie y no sacó ventaja, Max sí”. Sus palabras han sembrado cierto revuelo en las redes, ya que el británico, al frenar tarde, evita que alguien le adelante, aunque sí es cierto que se beneficia en menor medida que el holandés. Carlos Sainz no ha tardado en mostrar su enfado: ”Si quiero saltarme la chicane, hago que bloqueo rueda y evito que me ataquen, que me toquen, que me adelanten…».
Más allá de las decisiones adoptadas, la medida ha sido muy bien recibida. El debate abierto entre los pilotos y Whiting para acabar con las polémicas sirve de ejemplo a otras disciplinas, donde el encargado de resolver los asuntos que más problemas suscitan se esconde en un segundo plano. Es el caso del fútbol, donde el árbitro en pocas ocasiones argumenta tras el envite las medidas que ha tomado durante la acción. Incluso resulta extraño escuchar una disculpa tras un error.
La Fórmula 1, en un momento crítico, puede al menos presumir de separar esa polémica que últimamente va tan ligada al deporte. Que todos estén satisfechos con las decisiones, ya es otra historia. De momento, este fin de semana arranca la penúltima prueba del Mundial, en la que Nico Rosberg podría acabar como campeón si los resultados le acompañan. La lluvia que se espera, podría complicarle la tarea al alemán.
Alberto Puente