Probamos el Citroën C1 Airscape

Un exterior muy juvenil

Una vez llaves en mano, me decidí a salir al parking en busca del pequeño C1. No fue difícil encontrarlo y es que sus redondeadas líneas son muy resultonas a la vista. La primera impresión que me dio fue que tiene un aire muy juvenil y bastante desenfadado. Sin duda su detalle más llamativo son los faros que están compuestos por tres piezas; en la curva del paragolpes delantero se encuentra la iluminación diurna en led, mientras que más arriba, en los extremos de la calandra, unas ópticas redondas acompañadas de unas pequeñas “cejas” que alojan la luz de posición e intermitencia, otorgándole una gran personalidad.

Mientras daba una vuelta a su alrededor para observarlo bien, un detalle me llamó bastante la atención en su parte trasera, y es que la luneta, que a su vez también hace la función de portón, se encuentra acompañada de dos grandes pilotos en 3D y en la parte superior un pequeño alerón que alberga la tercera luz de freno.

Observando el paragolpes trasero no es difícil situar un pequeño pulsador para la apertura sin llave y la cámara de visión trasera situada en el porta matrículas. De ésta última es necesario destacar su gran nitidez en zonas con poca iluminación.

En rasgos generales se trata de un coche muy atractivo estéticamente que cuenta con unas líneas sencillas pero suficientemente llamativas.

Un interior de los que sorprende

Al abrir la puerta lo que más destaca son sus dos asientos delanteros tipo semibaquet (Sí, tal y como lo lees). Al sentarte en ellos se puede comprobar que son bastante cómodos, siempre y cuando no vayamos a realizar un viaje excesivamente largo ya que no tenemos que olvidar que se trata de un coche pensado para circular mayoritariamente por ciudad.

Delante de mi queda un volante multifunción desde el cual se puede controlar tanto el equipo de música, como el manos libres. Justo detrás de éste se sitúa el cuadro de instrumentos, de este, es necesario destacar un inconveniente, y es que para efectuar el cambio de información que nos muestra en su pantalla (consumo, kilómetros recorridos, etc.) debemos hacerlo mediante los botones que se encuentran en el mismo cuadro, lo cual no es nada aconsejable hacer mientras estamos circulando por la peligrosidad que ello acarrea. También situados detrás del volante nos encontramos los mandos para gestionar el limitador de velocidad, perfecto para evitar cualquier exceso y su consecuente multa.

En la consola central destaca la pantalla táctil de 7 pulgadas con la que podremos gestionar todos los apartados multimedia del C1 y ver la información del mismo. Cuenta con varios métodos de conectividad; Bluetooth, entrada auxiliar y USB. A través de este último podemos conectar nuestro Smartphone mediante Mirror Screen y así lo podemos controlar y gestionar desde la pantalla del coche.

Al reclinar sus semibaquets queda libre un cómodo espacio que nos permite acceder a sus plazas posteriores, en las cuales hay espacio suficiente para dos ocupantes sin llegar a ser molestos.

Respecto al maletero, se puede afirmar que está muy bien aprovechado teniendo en cuenta el tamaño del coche, ofreciéndonos un espacio de carga de 196 litros, convertibles hasta unos increíbles 780 litros si abatimos las plazas traseras.

Motor y comportamiento

La unidad de pruebas de la que pudimos disfrutar venía equipada con un motor 1.2 de 82 cv, llamado Puretech 82. Se trata de una mecánica tricilindrica y de doble distribución VVT “Variable Valve Timing” situadas en la admisión y el escape, con las que se logra un menor consumo y emisiones de CO2.

El Puretech 82 es un motor orientado a un uso urbano, con el que encontramos el par máximo de 116 Nm a 2.750 rpm. Monta una caja manual de 5 velocidades y en conjunto se obtienen unos consumos muy reducidos, estando casi todo el tiempo por debajo de los 6 litros de media.

Circulando por ciudad te das cuenta de que es un modelo muy ágil gracias a la dirección asistida electrónica y a la suspensión que equipa, pero aunque se trate de un pequeño coche, también es rápido. Es más, cuando más alto de vueltas va, mejor comportamiento y respuesta tiene. Podríamos decir que su funcionamiento ideal está por encima de las 4.000 rpm y, aunque eso parezca mucho, no es así, ya que es a 5750 rpm cuando entrega su máxima potencia, con lo cual es un motor con el que prácticamente se puede trabajar a cualquier rango de revoluciones. Como detalle sin importancia, destacar que a bajas revoluciones es un poco brusco, lo que lo hace algo incómodo en los atascos tan usuales en la mayoría de las grandes ciudades. Si salimos a circular por carretera, aunque se trata de un motor bastante elástico, se nota que está orientado a un uso más urbano ya que la aceleración no es lo más primordial, aunque por ello no nos defrauda su conducción.

Conclusión

Aunque pensaba que era un coche con el que no podía llevarme ninguna sorpresa, no fué así. Tanto estéticamente, por el enorme techo plegable, como con su interior con esos asientos delanteros que muchos otros coches podrían envidiar perfectamente, es un modelo que puede llamar la atención a cualquiera que busque un coche urbano y versátil.

También hubo hueco para la sorpresa en la conducción, ya que no esperaba que un coche con estas características fuera capaz de desenvolverse tan ágilmente, no solo en el caos de la urbe sino también en carretera.

Ficha técnica.

Stiwie Lopez