La sed del piloto nunca queda saciada, o al menos eso dicta la historia. En ocasiones ganar no es suficiente, como Valentino Rossi o más recientemente Jorge Lorenzo han hecho evidente. Marc Márquez, el más precoz en alzar cuatro Mundiales en la categoría reina, podría emular a sus predecesores y tratar de exhibir su superioridad con victorias en otra escudería. Ducati parece la opción más seria debido a los contactos que ambas partes mantuvieron en 2016 y dado el fiasco del mallorquín en este 2017. La historia está llena de retos, y hasta el momento sólo Stoner ha triunfado con la marca italiana.
Ganar más allá de Honda
Tras ganar su primer Mundial con una Derbi en 125, Honda echó el ojo sobre aquel joven talentoso llamado a batir todos los récords. En 2012 Márquez ya pilotó en Moto 2 una Suter-Honda, con la que en el siguiente año firmaría su segundo título y se abriría las puertas de la categoría reina. Ahí fue llegar y besar el santo, como quien dice. Dos títulos consecutivos que se han extendido a cuatro en este 2017. Un sólo año de sequía que ha permitido al piloto de Cervera convertirse en el más precoz en alcanzar tan elevadas cifras. Los retos se le quedan pequeños y su ambición le puede llevar a tomar la misma decisión por la que optaron otros en su lugar.
El propio Rossi, aquel al que idolatraba hasta su trifulca en Valencia en 2015, quiso demostrar que era superior a todos con un cambio de equipo. Tras dominar con Honda (tres Mundiales en cuatro años) decidió partir a Yamaha. Y volvió a ganar sin tiempo siquiera para adaptarse. Tal fue su superioridad, que trató de hacer lo más difícil: otorgar a Ducati el primer Mundial de su historia. Ese intento fue fallido y regresó a Yamaha, donde nunca más ha vuelto a conseguir ser campeón pese a quedarse muy cerca.
Hasta Stoner, en su corta trayectoria, se propuso dejar en evidencia al resto. Tras un desastroso curso en Honda probó suerte con Ducati e hizo historia. Ahora, figura como piloto probador de la escudería italiana, tras haber regresado con más éxito junto a los nipones. El propio Lorenzo buscaba una aventura similar, aunque esta no ha arrancado con buen pie. Para Márquez lo que le ha sucedido a su compatriota es el principal motivo para negarse a cualquier cambio y aumentar sus éxitos con Honda. Sin embargo, su ambición le puede llevar a abrir una puerta que ya meditó en el pasado.
Ducati prefiere a Márquez
La prioridad de la marca italiana nunca fue Lorenzo, como públicamente dejó entrever Márquez días después de que se hiciera oficial la marcha del balear a Ducati. Ésta escudería tentó a Márquez a principio de 2016, año en el que expiraba el contrato del piloto de Cervera. “Sí hubo contactos, escuché y escucho ofertas”, declaró allá por el mes de abril. Sin embargo, su agradable situación en Honda le llevó a pactar la renovación por dos temporadas más, como muestra de agradecimiento a la apuesta del equipo. Ellos también me dieron la oportunidad de debutar en MotoGP. La relación con la moto es perfecta”, comentó.
Tras la negativa de Márquez, Ducati se lanzó a por Lorenzo, cuya temporada estaba abocada al desastre con Yamaha. El mallorquín era el vigente campeón y también acababa contrato, otra opción suculenta, que cerraron a base de talonario (15 millones por temporada). Desde que anunciaron su fichaje, comenzaron a preparar la moto de 2017, para que Jorge no notara en exceso el cambio, tras más de un lustro pilotando la Yamaha. En el equipo no esperaban ganar el Mundial, pero sí pelear por él hasta el final.
Sus objetivos se han visto cumplidos, pero con el piloto equivocado. Dovizioso, que percibe una ínfima cantidad en comparación con su compañero, ha sido la gran sorpresa del Mundial y ha sostenido el pulso hasta las últimas curvas con Márquez. Lorenzo firmó por dos años para tratar de emular a Stoner, pero parece que está lejos de conseguirlo. Si su primera mitad de temporada no resulta satisfactoria, en Ducati se plantearían un nuevo giro de efecto y seducirían de nuevo a Márquez, que podría seguir el destino de otros campeones y tratar de hacer aún más difícil su trayectoria. Ningún reto más complejo que convertirse en el segundo piloto capaz de dominar con la marca italiana.
Alberto Puente